Los japoneses recordaron esta tarde a las víctimas del sismo, el tsunami y el accidente nuclear del 11 de marzo de 2011, que dejaron 20.000 muertos y arrasaron el noreste del país.

A las 14.46 locales (8.46 hora argentina), fue el momento exacto en que se produjo un terremoto de magnitud 9 frente a las costas del noreste, el país se sumió en el silencio, las miradas se dirigieron al suelo y las manos se entrelazaron, en conmemoración de ese día aciago.

En Tokio, el homenaje contó con la presencia del emperador Akihito y de su esposa, así como del primer ministro, Shinzo Abe.

El emperador expresó su pésame por los casi 20.000 muertos y desaparecidos del gigantesco tsunami que arrasó el litoral de las prefecturas de Miyagi, Iwate y Fukushima, donde se erige un complejo nuclear cuyo nombre se ha convertido para muchos en sinónimo de desastre atómico. "Rezo por un regreso a tiempos de serenidad", deseó Akihito.

Según datos oficiales, 15.884 personas murieron y 2633 figuran aún en la lista de desaparecidos tras el paso del tsunami.

"Nuestros padres siguen desaparecidos. No creo que podamos encontrarlos pero hemos venido a participar en la búsqueda, porque queríamos hacer algo para ayudar", explicó Miho Suzuki, una exhabitante de la ciudad de Namie, hoy evacuada.

Cerca de 270.000 personas todavía no han podido volver a sus hogares, destruidos por el tsunami o inhabitables a causa de la radiactividad. Más de 100.000 personas, en muchos casos mayores, siguen viviendo en casas provisionales prefabricadas.

A pesar de las promesas del gobierno, muchas víctimas tardarán probablemente años en tener una nueva vivienda. Hasta ahora sólo se han construido un 3,5% de las casas previstas en las provincias de Iwate y Miyagi.

"Estoy determinado a acelerar la reconstrucción", dijo el primer ministro Shinzo Abe el lunes en el Parlamento. "La revitalización de Japón no puede hacerse sin poner de nuevo en pie las regiones devastadas", prometió.