El "estado de emergencia" que da vía libre a las autoridades húngaras para arrestar migrantes comenzó a regir hoy en dos provincias fronterizas con Serbia y apenas en las primeras horas, 60 personas ya fueron detenidas, en una de las medidas de Budapest para contener la llegada de miles de refugiados en la mayor crisis migratoria desde la Segunda Guerra Mundial.

Hungría, que selló ayer su frontera a los refugiados, anunció hoy que arrestó a 60 migrantes acusados de haber "dañado" la valla en la frontera con Serbia, un delito penado con cinco años de prisión en virtud de la nueva legislación que entró en vigor a primera hora de hoy.

A las 00.00 hora local de hoy (19 de ayer en la Argentina) entraron en vigor en Hungría las leyes que prevén penas de hasta tres años de cárcel por cruzar la frontera húngara de forma ilegal, y de hasta cinco años si la persona entra al país armada o causa daños a la valla de 4 metros construida en los 175 kilómetros con Serbia, dando a la policía el poder de detener a cualquiera que intente cruzarla.

"La policía ha abierto un proceso penal en su contra", dijo Gyorgy Bakondi, un vocero del gobierno en una conferencia de prensa en Szeged, en el sur de Hungría.

"La situación es imposible", indicó el vocero del Gobierno, Zoltán Kovács, después de una reunión del Consejo de Ministros, y aseguró que serán tramitadas todas las solicitudes de asilo.

Además, el vocero del gobierno de derecha de Viktor Orbán, agregó que los refugiados, "en contra de todo protocolo internacional", deciden por sí mismo a dónde quieren ir.

La declaración del estado de emergencia, contemplada en las nuevas leyes, se decidió hoy en una reunión del Ejecutivo y establece un endurecimiento del trato a los refugiados.

El estado de emergencia durará medio año (con la posibilidad de prologarlo) y en esos seis meses el Gobierno puede intensificar los controles fronterizos, y la Policía y el Ejército asumir las tareas de registrar a los solicitantes de asilo.
Además, la policía puede entrar en viviendas y registrarlas si creen que puede haber migrantes escondidos que cruzaran la frontera de manera ilegal.

Por otra parte, las autoridades podrán utilizar inmuebles y bienes muebles estatales o de los ayuntamientos locales en las zonas fronterizas para instalar allí, por ejemplo, centros de registro.

"Si no creamos un sistema en el trato de la situación, no podremos controlar los procesos. Es de interés de los verdaderos refugiados que entren en la Unión [Europea] de una forma regularizada", enfatizó Kovács.

Mucha gente se apresuró a llegar al país en los últimos días, con la esperanza de llegar a la Europa occidental antes de que fuera demasiado tarde. El lunes entraron en Hungría 9380 migrantes, batiendo el récord anterior de 5809 personas alcanzado el día anterior.

Budapest ya había anunciado que los refugiados cuyas solicitudes de asilo se rechacen, serán devueltos a Serbia, un país que Hungría considera como seguro.

Sin embargo, Belgrado anunció hoy que no aceptará el retorno de los demandantes de asilo que dicte Budapest.

La gran mayoría de los más de 200.000 refugiados que las autoridades húngaras han interceptado en lo que va del año entraron en el país desde Serbia.


Agencias AFP, EFE y AP