Con un respaldo prácticamente absoluto al actual status político de las islas, los habitantes de Malvinas votaron en un 98,8 por ciento en favor de seguir siendo parte del territorio inglés de ultramar.

El primer ministro británico, David Cameron, le exigió a la Argentina que “respete el principio de autodeterminación” de los isleños, una opción que la Casa Rosada ha descartado de plano, tras señalar que la cuestión de la soberanía se debe resolver por medio de una negociación entre los dos Estados. En tanto, la embajadora argentina en Londres, Alicia Castro, subrayó que “no tiene ningún valor” la votación en las islas.

La consulta tuvo un 92 por ciento de asistencia, con 1518 votos sobre un padrón de 1672 votantes. Mientras se realizaba la última de las dos jornadas electorales, los kelpers se dijeron seguros de que la “Argentina perderá la batalla diplomática” por Malvinas. Tras perder “la batalla militar” en 1982.

En este contexto, el responsable de la Cancillería británica para asuntos de América Latina, Hugo Swire, admitió que el referendo “no cambia nada desde el punto de vista legal”.

En declaraciones a la cadena BBC, el funcionario reconoció que la consulta, que no es aceptada por Argentina ni por las Naciones Unidas (ONU), “no cambia nada desde el punto de vista legal”, sino que busca “enviar el claro mensaje de que los isleños decidieron permanecer como parte del Territorio de Ultramar”.

“El resultado, aunque previsible, les ha permitido consolidar una estrategia comunicacional en términos políticos que permite dar una vuelta de tuerca respecto de la estrategia de Londres sobre el archipiélago, algo que no ocurría desde el final de la guerra”, señaló por Continental Claudio Mardones, periodista destacado de Tiempo Argentino en Puerto Argentino.