Un espeso humo negro volvió a salir hoy de la chimenea de la Capilla Sixtina, señal de que los cardenales reunidos en el templo no lograron elegir a un nuevo papa en su segunda y tercera votación.

La fumata negra coronó el primer día de cónclave, que comenzó unas dos horas antes sin un favorito excluyente y con divisiones entre los purpurados sobre quién debería tomar las riendas del Vaticano tras la sorpresiva renuncia de Benedicto XVI, que profundizó los problemas que atraviesa la Iglesia.

Según los expertos vaticanistas, este cónclave se presenta muy abierto, similar al que eligió a Juan Pablo II en 1978 después de ocho votaciones, explicó por Continental Fernando Bayo, enviado especial de Prisa Radio a Roma.

"Tendremos que esperar hasta el mediodía de la Argentina para ver si podemos decir que tenemos papa", explicó en Magdalena Tempranísimo.