Fuerzas iraquíes lanzaron hoy una ofensiva contra el Estado Islámico (EI) en tres ciudades del oeste del país, mientras que el presidente estadounidense, Barack Obama, reiteró su decisión de combatir a los yihadistas en ese país con bombardeos pero sin enviar fuerzas terrestres.

Las operaciones miliares en Ramadi, Fallujah y Haditha, en la provincia occidental de Al Anbar, de mayoría sunnita, comenzaron por la madrugada, informaron fuentes de seguridad iraquíes, que intentan recuperar el control de estas ciudades, en las que el sunnita EI desembarcó en enero pasado, meses antes de una ofensiva que lanzó en el Norte, en junio, y que encendió la alarma internacional.

Las tribus sunnitas de estas tres ciudades, las más importantes de Al Anbar, se rebelaron a finales de 2013 cuando el ex primer ministro chiita Nuri al Maliki envió fuerzas a la zona para suprimir un movimiento de protesta antigubernamental que llevaba ya un año, denunciando discriminación por diferencias religiosas.

Aprovechando el descontento en esta provincia que limita con Siria, donde la actual guerra civil potenció al EI presentes en ese país, los yihadistas entraron en enero a estas ciudades y se convirtieron en la fuerza dominante, a tal punto que es en la única región en la que no se celebraron las últimas elecciones.

Debido a la velocidad de la ofensiva del EI lanzada en junio en el norte del país, las fuerzas iraquíes, así como las del Kurdistán, concentraron sus esfuerzos en combatir allí a los yihadistas, que tomaron la ciudad de Mosul, la segunda del país.

El EI lanzó la ofensiva además con la intención de instaurar un califato en el norte iraquí, una acción que promovió la reanudación de la intervención militar de Washington al país árabe, de donde había retirado sus tropas a fines de 2011 tras ocho años de presencia.

Los bombardeos norteamericanos contra el EI en Irak comenzaron el 8 de agosto y se limitaban originalmente al norte iraquí, para ayudar a recuperar el control de Mosul y de diversos puntos, como su estratégica represa, la más importante del país.

Sin embargo, un mes después, Washington amplió los ataques aéreos, entre otras zonas del país a Al Anbar, precisamente en Haditha, para evitar que la represa de esa ciudad, la segunda más importante del país, caiga en manos de los yihadistas.

El nuevo primer ministro iraquí, Haider al Abadi, prometió la semana pasada acabar con los ataques iraquí­es contra ciudades para reducir el número de ví­ctimas civiles, por lo que las operaciones militares de hoy fueron realizadas en los suburbios de Ramadi, capital provincial, Fallujah y Haditha.

Las fuerzas de seguridad iraquíes precisaron que durante la ofensiva en las tres ciudades murieron al menos 20 personas, todos ellos milicianos del EI.

En otras regiones del país, dos ataques aéreos al norte de Bagdad mataron hoy a más de 50 combatientes del EI, informaron fuentes de las fuerzas de seguridad locales.

Uno de los ataques, realizados con aviones de combates iraquíes sobre la localidad de Al Duluiye, a unos 80 kilómetros de Bagdad, causó la muerte a 26 miembros del EI y destruyó seis vehículos.

Otros 28 combatientes murieron en un ataque aéreo contra un campamento empleado por la milicia, según las fuentes.

Hasta el momento, los yihadistas consiguieron controlar un vasto territorio en Irak, un escenario al que Estados Unidos respondido presionando para que se produjera un cambio de gobierno en el país y realizando unos 170 ataques aéreos.

En represalia por los bombardeos, el EI decapitó en el último mes a dos periodistas estadounidenses y a un rehén británico y filmó sus ejecuciones en videos luego difundidos

El avance del EI en Irak y Siria encendió la alarma entre las potencias occidentales y, aunque hasta ahora sólo lanzó bombas Estados Unidos, Francia dijo estar dispuesta a hacerlo, mientras que países como Alemania y Reino Unido envían armas a los kurdos que luchan contra los yihadistas.

No obstante, Obama, dijo hoy que la lucha contra el EI no llevará a su país a "otra guerra sobre el terreno en Irak".

Los comentarios llegaron un día después de que el jefe del Estado Mayor Conjunto, el general Martin Dempsey, asegurase que se podrían dar situaciones en la compleja guerra contra el EI en las que "recomendaría" al presidente que fuerzas especiales acompañaran a los soldados iraquíes en el frente como "asesores".