El papa Francisco caminó esta mañana bajo la lluvia por la favela de Varginha, donde bendijo y saludó a sus pobladores y recibió varios regalos, entre ellos una bufanda del club San Lorenzo de Almagro. El sumo pontífice católico realizó inicialmente un rezo en la parroquia de San Jerónimo Emiliano y luego salió a saludar a los miles de personas que se acercaron para darle la bienvenida.

Finalmente, se encontró con jóvenes argentinos en un caótico mitin en la catedra de Rio do Janeiro, consignó por Continental uno de nuestros enviados especiales, Daniel López. En La Mañana, relató que “ingresamos después de dos horas de una desorganización enorme”, con “empujones, apretujones y algunos golpes”.

La Policía local había manifestado su rechazo a la realización del encuentro, que se realizó por pedido expreso del sumo pontífice, según confiaron fuentes eclesiásticas, por cuestiones de seguridad y organización. La capacidad de la nave eclesial quedó ampliamente desbordada por miles de fieles que se acercaron desde muy temprano para ver al papa argentino, que les recomendó a sus seguidores que "no se acostumbren al mal".

"Me gustaría hacer un llamamiento a quienes tienen más recursos, a los poderes públicos y a todos los hombres de buena voluntad comprometidos en la justicia social: que no se cansen de trabajar por un mundo más justo y más solidario. Nadie puede permanecer indiferente ante las desigualdades que aún existen en el mundo. Que cada uno, según sus posibilidades y responsabilidades, ofrezca su contribución para poner fin a tantas injusticias sociales. No es la cultura del egoísmo, del individualismo, que muchas veces regula nuestra sociedad, la que construye y lleva a un mundo más habitable, sino la cultura de la solidaridad; no ver en el otro un competidor o un número, sino un hermano", reclamó el santo padre católico en la favela.