El presidente Evo Morales ganó con el 72,2 por ciento de los votos de 272.058 residentes bolivianos autorizados a votar en 33 países, escrutadas oficialmente 98,3 por ciento de las actas recibidas por el Tribunal Supremo Electoral (TSE).

En segundo lugar se ubicó el empresario opositor Samuel Doria Medina, con un 15,45 por ciento de los votos y el ex presidente Jorge “Tuto” Quiroga, resultó tercero con 8,18 por ciento.

La candidatura del ex alcalde de La Paz, el también opositor Juan del Granado, consiguió el 2,69 por ciento de los sufragios y el dirigente indígena Fernando Vargas, el 1,47.

Según el recuento publicado por el TSE en su página web, hasta hoy miércoles se escrutaron 1.180 de las 1.200 actas recibidas desde el extranjero, que contienen 157.727 votos válidos, 1.906 en blanco y 6.615 nulos.

La mayoría del voto emigrante se concentró en Argentina, España y Brasil, y en total se instalaron 1.200 mesas electorales administradas por 7.200 jurados en 67 ciudades del exterior.

Los bolivianos que viven en Japón, Corea del Sur, China y la India fueron los primeros en votar en estos comicios debido a la diferencia horaria.

El gobierno del presidente Morales es el primero que autorizó el voto a los emigrantes bolivianos residentes en el exterior, una exigencia que reclamó cuando era diputado de una bancada minoritaria, pero ninguna otra administración anterior a la suya aceptó poner en marcha el voto en el exterior.

La oposición ha denunciado reiteradamente que los candidatos opositores no tuvieron las mismas facilidades que el partido oficialista para realizar campaña electoral en el extranjero.

Además del supuesto uso de recursos públicos durante la campaña del que acusan los opositores a Morales, muchos de ellos tienen también procesos abiertos ante la Justicia boliviana motivo por el cual decidieron escapar de su país.

Es el caso, por ejemplo, del ex presidente Gonzalo Sánchez de Lozada y varios de sus ministros, por el cual Bolivia reclama la extradición a Estados Unidos, hasta ahora sin suerte.