Los inversores recrudecieron su presión sobre la deuda de España hasta situar al país al límite del rescate financiero por segunda semana consecutiva, pese a los nuevos ajustes y reformas aprobadas por el gobierno de Mariano Rajoy de acuerdo con las recetas neoliberales de la UE y el FMI.

Ante este escenario, el ministro de Economía y Competitividad español, Luis de Guindos, inició este lunes una gira europea para explicar a inversores las reformas aprobadas por el Ejecutivo.

En el marco de la gira el funcionario español se reúne en París con bancos e inversores internacionales y en Frankfort con el presidente del BCE, Mario Draghi.

En tanto, el riesgo país o prima de riesgo, diferencial entre el rendimiento del bono español a diez años y el alemán -de referencia- al mismo plazo, escaló este lunes hasta los 440,2 puntos básico, el máximo desde que Rajoy llegó al poder el pasado diciembre.

Además, el rendimiento del bono español supera el 6%, la “línea roja” a partir de la que se produjeron los rescates de Irlanda, Portugal y Grecia.

En sintonía con España también sube la prima de riesgo de Italia, hasta los 390 puntos, con lo que los mercados mantienen sus dudas sobre los dos países periféricos de la eurozona en los que impusieron drásticas medidas de ajuste para corregir el elevado déficit público pero que igualmente no logran mejorar su situación económica.

Esta presión, asimismo, perjudica las ya débiles previsiones de crecimiento de Europa, puesto que los ajustes redujeron la capacidad de los gobiernos para intervenir a través de la demanda para incentivar la economía.

En este escenario, los analistas financieros coinciden en que el Banco Central Europeo (BCE) debe reactivar su programa de compra de bonos, suspendido hace un mes, para ayudar a los países periféricos debido a que España e Italia se han quedado con poco margen de actuación.

De lo contrario, el riesgo país podría seguir subiendo, un escenario que si se prolonga en el tiempo elevaría los costos de financiación de España a niveles insostenibles, señalan.

El propio ministro de Comercio español, Jaime García Legaz, reclamó el pasado viernes al BCE que compre bonos españoles para estabilizar el mercado.

En este contexto, el Tesoro español afrontará el lunes y el jueves dos nueva subastas de deuda pública.

En la última subasta, el 4 de abril, tras aprobar el gobierno de Rajoy los presupuestos más austeros de la historia democrática, España tuvo que pagar intereses más altos y se quedó en los niveles mínimos de colocación de lo que previsto.

En medio de las turbulencias de la última semana, Rajoy insistió en que España “no necesita y no será rescatada”, y exigió “prudencia” a sus socios europeos después que el presidente francés, Nicolas Sarkozy, y el primer ministro italiano, Mario Monti, criticaron la situación económica del país ibérico.

La Comisión Europea (CE) respaldó el rumbo económico que imprimió Rajoy en España y pidió “unidad” a los socios europeos para contribuir a la estabilidad de la moneda única.

El presidente de la CE, José Manuel Durao Barroso, insistió este lunes en confía en que España superará sus dificultades y que la UE trabaja de forma coordinada para que logre ese objetivo.