“Lo que hicimos fue un ejercicio de responsabilidad que debemos mantener siempre como periodistas”, subrayó Carlos García Pozo, jefe de fotografía del diario El Mundo, de España.

“Era una imagen poderosa, dramática, dura, potente, pero en ningún momento escabrosa”, enfatizó el editor por Continental.
“La fotografía me llega al mediodía, hora española, y captó mi atención. Ahí vi el tremendo horror que teníamos delante, teníamos que hacer algo con eso. Automáticamente colgamos la imagen en el periódico y ahí comenzó el debate”, sostuvo.

“Por su poderío y por su fuerza, esa imagen no debía ser censurada”, insistió.

“Tenemos un manual de estilo que afirma que no debemos publicar fotos con violencia gratuita, sin que aporte mayor información. Pero esa terrible escena situaba unas condiciones óptimas para ser publicada”, explicó García Pozo.