El primer ministro de Ucrania, Arseni Yatseniuk, llegó este miércoles a la Casa Blanca para una reunión clave con el presidente Barack Obama, en busca de un apoyo fundamental ante los planes de Crimea de unirse a Rusia.

Yatseniuk llegó a la sede de la presidencia estadounidense en un vehículo deportivo que llevaba una bandera de Estados Unidos y otra de Ucrania en el frente, para una reunión que podría irritar a Rusia.

La Casa Blanca no ha dejado dudas en cuanto al apoyo que brindará a Yatseniuk, un líder que Moscú considera ilegítimo y que fue nombrado primer ministro tras la destitución el 22 de febrero del presidente prorruso Viktor Yanukovich.

Yatseniuk será recibido por Obama en el Despacho Oval, y se reunirá también con el vicepresidente Joe Biden, quien suspendió una visita a República Dominicana para participar en las conversaciones en Washington.

"Apoyamos con fuerza a Ucrania, al pueblo ucraniano y la legitimidad del nuevo gobierno ucraniano", de orientación proeuropea, dijo el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney.

El vocero también destacó que la Casa Blanca sigue ofreciéndole al Kremlin una salida negociada a la crisis en Crimea, que respete
la integridad territorial de Ucrania, una exrepública soviética independiente desde 1991.

Yatseniuk también aprovechará su visita a Washington para perfilar los detalles de un paquete de ayuda de 35.000 millones de dólares, que su país necesita para financiarse este año y el próximo.

La Casa Blanca adelantó que Obama hablará de ayuda económica. De momento, Washington ha prometido más de 1.000 millones de
dólares y la Unión Europea 11.000 millones de euros en un período de dos años.

En medio a las tensas expectativas por la reunión de Obama con Yatseniuk, el secretario estadounidense del Tesoro, Jacob Lew, dijo ante el Congreso que la ayuda del Fondo Monetario Internacional (FMI) a Ucrania podría ascender a más de 15.000 millones de dólares.

Ucrania "necesita bases para reconstruir su economía y eso debe venir del Fondo Monetario Internacional", dijo Lew ante una comisión del Senado.

El país de europa oriental cuenta también con el apoyo del presidente francés François Hollande, quien advirtió el miércoles a Putin que una integración de Crimea en Rusia sería "una anexión inaceptable".