"Parte de nuestra labor es hacer más difícil el trabajo de los falsificadores", explicó Michael Lambert, director asociado de la Reserva Federal (Fed), el banco central de Estados Unidos.

A partir de este martes la Fed utilizará en sus operaciones con otras instituciones financieras únicamente los nuevos billetes de 100 dólares, que llegarán paulatinamente a los bancos, a los mercados internacionales y a los ciudadanos tanto en Estados Unidos como en otros países.

La producción inicial estimada será de 3.400 millones de nuevos billetes, de acuerdo con Lambert. Los dos nuevos distintivos de seguridad del billete ofrecen una forma sencilla de verificar si es auténtico o falso.

Lambert detalló que el primero es una cinta azul "tejida", no impresa, en la parte frontal del billete con imágenes en tres dimensiones "extremadamente pequeñas" de campanas que con el movimiento se transforman en números 100. Mientras que el segundo es una campana dentro de un tintero de color cobre que cambia a verde.

El efecto que produce ese cambio provoca que la campana aparezca y desaparezca, "y en cualquier transacción normal se puede apreciar", precisó Lambert.

"La seguridad tiene que ver con la complejidad", sobre todo si se tiene en cuenta que los falsificadores acceden con rapidez a las nuevas tecnologías, y no tanto con que el billete tenga muchos distintivos, algo que los usuarios "no quieren", según Lambert.

En los nuevos billetes se mantendrán otros distintivos de seguridad que ya están presentes en los actuales, como la imagen "oculta" de Franklin que está a la derecha del retrato principal, un hilo que se ilumina de rosa con la luz ultravioleta y el número 100 en uno de los bordes que cambia de cobre a verde.

También el papel con el que se hacen los billetes de 100 es "bastante único", en palabras de Lambert, compuesto de lino en un 25% y de algodón en un 75%, y con fibras de seguridad rojas y azules.

Gracias a ese papel, solamente con el tacto "se puede detectar si un billete es falso o no", indicó el director asociado de la Fed.

La Reserva Federal quiere, ante todo, dejarle en claro a los consumidores y a las empresas que los billetes con el anterior diseño continuarán circulando en forma legal y no van a verse devaluados.

En la actualidad hay aproximadamente 8.900 millones de billetes de US$ 100 en circulación, con un valor total de 890.000 millones de dólares. Y entre la mitad y dos tercios se mueve fuera de Estados Unidos.

Los billetes con el antiguo diseño, que data de la remodelación hecha en 1996, volverán en forma progresiva al sistema bancario en un proceso que "durará años", según Lambert, y de ahí pasarán a la Reserva Federal, donde se verificará su autenticidad y serán destruidos.

Tras el rediseño del billete de US$ 100 realizado en 1996, que fue el primero significativo en 67 años, se modificaron también sucesivamente los de 50, 20, 10 y cinco dólares para hacerlos menos vulnerables a las falsificaciones.

Un comité con miembros de varias agencias se encarga de hacerle recomendaciones sobre cambios en el diseño de los billetes al secretario del Tesoro, quien tiene la autoridad final para decidir.

El primer billete de 100 dólares emitido por la Reserva Federal vio la luz en 1914 y ya contenía el retrato del presidente Franklin, uno de los padres fundadores de Estados Unidos.

El papel de mayor denominación impreso en la historia de la Fed fue, en 1934, el llamado "Certificado de Oro", con un valor de US$ 100.000 y que solamente se utilizó para transacciones oficiales dentro del banco central.