Los ministros de Finanzas y Economía de la eurozona se reúnen hoy para decidir si aceptan una solicitud de Grecia de extender por seis meses la asistencia financiera europea, en medio de la insistencia de Berlín de que Atenas se comprometa también a aplicar las medidas de ajuste exigidas a cambio del crédito.

El titular griego de Finanzas, Yanis Varufakis, solicitó ayer en una carta al presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, la prolongación a partir del 1 de marzo y hasta finales de agosto del acuerdo de asistencia financiera que expiraba el próximo día 28 y ya se prorrogó en diciembre pasado.

Alemania rechazó inicialmente la petición helena, pero una larga llamada telefónica mantenida anoche entre el primer ministro griego, Alexis Tspiras, y la canciller alemana, Angela Merkel, pareció calmar las aguas.

Según una fuente del gobierno griego, la conversación fue "dirigida a encontrar una solución mutuamente beneficiosa para Grecia y la zona euro", y se desarrolló en un "clima positivo".

Sin embargo, un documento interno del ministerio de Finanzas alemán filtrado hoy por los medios locales califica de "caballo de Troya" la propuesta griega porque es "algo atractivo por fuera y peligroso por dentro".

Con este telón de fondo, el Eurogrupo, formado por los ministros de Finanzas y Economía de los 19 países que usan el euro, se reunirán en Bruselas para analizar, a partir de las 14 (11 de Argentina), la petición de prórroga de la ayuda financiera, que expira el 28 de febrero.

Si Grecia y Europa no llegan a un acuerdo antes del 28, ambos podrían sufrir consecuencias muy negativas: Grecia podría caer en default y verse obligada a salir del euro y esto afectaría gravemente a la Unión Europea (UE), que no podría recuperar lo prestado, y a los bancos alemanes tenedores de los bonos griegos.

Ayer, la Comisión Europea consideró la propuesta de Grecia como una primera "señal positiva", pero minutos después Alemania mostró su rechazo.

Según dijo un vocero del ministro de Finanzas germano, Wolfgang Schauble, la propuesta de Grecia no era de solución "sustancial" sino que "en realidad pretende una financiación puente sin cumplir las exigencias del programa" de rescate.

En contraposición a Schauble, el ministro de Economía alemán, Sigmar Gabriel, llamó a no precipitarse “a la hora de decir que sí o que no. Mi consejo es hablarlo".

Hoy, horas antes de la reunión del Eurogrupo -la tercera en poco más de una semana para discutir el tema de Grecia- Alemania mostró un tono más conciliatorio, ya que, aunque reiteró que la propuesta en "insuficiente", también la calificó de "buena señal".

En conferencia de prensa, la vocera gubernamental alemana Christiane Wirtz dijo que el gobierno alemán está unido en su posición sobre Grecia y elogió la "excelente" tarea de Schauble, tratando de minimizar las diferencias entre el ministro de Finanzas y el de Economía.

Pero le bajó el tono a las duras declaraciones de ayer del vocero de Schauble en rechazo a la propuesta griega, que fue redactada por el ministro de Finanzas Yanis Varufakis.

"La carta del ministro de Finanzas griego deja en claro que Grecia sigue interesada en el apoyo de la Unión Europea. Esta carta es una buena señal que nos permite continuar con la negociación", dijo Wirtz.

Otro de los países que criticó ayer la propuesta griega fue Bélgica, que consideró que Grecia debe aclarar su posición al Eurogrupo, porque la carta "plantea más preguntas que respuestas", según el ministro de Finanzas Johan van Overtveldt.

La divergencia de posturas augura una negociación compleja y difícil en la reunión del Eurogrupo de hoy y el tiempo apremia para encontrar una solución antes de que Grecia se quede sin dinero y se vea forzada a salir de la zona euro.

En su solicitud de ayer, Grecia ofreció algunas concesiones importantes, entre ellas un retorno de los inspectores de la Comisión Europea, el FMI y el Banco Central Europeo (BCE), aunque sin mencionar la palabra troika, que era como se conocía conjuntamente a estos acreedores internacionales de Grecia.

Tras el rechazo inicial de Schauble, Atenas reaccionó diciendo que su petición era definitiva y que en la reunión hoy había "sólo dos opciones aceptar o rechazar la solicitud de Grecia".

Frente a la dureza de Schauble y de Van Overtveldt, el primer ministro francés, Manuel Valls, afirmó que las últimas decisiones del jefe del gobierno griego, Alexis Tsipras, suponen una señal de que es posible un acuerdo y de que éste puede alcanzarse "muy pronto".

Por su parte, el ministro de Economía y Competitividad español, Luis de Guindos, ha asegurado que acude a la cita de Bruselas "con actitud abierta y consultiva", pero con la insistencia en que Grecia debe "respetar las reglas".

El Eurogrupo insistió el lunes en una prolongación y finalización exitosa del "programa actual", ofreciendo a Atenas cierta "flexibilidad" para negociar el reemplazo de las medidas de ajuste exigidas a Grecia desde 2010 a cambio de la asistencia financiera, que Tsipras considera tóxicas para su economía y la sociedad.

El gobierno de Tsipras destacó que en su solicitud no pide una prórroga del programa al Eurogrupo con su memorando de entendimiento que recoge las condiciones acordadas entre los socios y el anterior Ejecutivo, sino una extensión del crédito.

El vocero del gobierno griego, Gavriil Sakelaridis, aseguró hoy que el Ejecutivo tiene la "esperanza" de que habrá un acuerdo en la reunión de hoy, aunque reconoció que en el encuentro preparatorio de ayer hubo "acuerdos y desacuerdos".

En declaraciones a la cadena de televisión privada Antena1, el portavoz recalcó que el gobierno ha mantenido un intenso diálogo y ha "luchado duramente" para lograr una solución en beneficio mutuo.

Al mismo tiempo, aseguró que Grecia no ha dado ningún giro a sus posturas iniciales, y sostuvo que de haber sido así "habríamos firmado hace 10 días".