El Banco Central apeló la decisión adoptada el pasado 25 de septiembre por el juez Thomas Griesa, de mantener abierta una vieja causa relacionada con el "alter ego" entre la entidad monetaria y el Estado, pese a que la Corte Suprema de Estados Unidos ya había desestimado en su momento la presentación de fondos buitre por esta cuestión.

De esta manera, el Banco Central quiere cerrar definitivamente una causa que ya fue ganada ante la Corte de Apelaciones en el 2011 y que, al año siguiente, la Corte Suprema de Estados Unidos desestimó el pedido de los fondos buitre de revisarla.

El Banco Central argentino ganó la causa que pesaba sobre las reservas, que data del 2005 cuando se le pagó al FMI, y por la cual se mantuvieron embargados alrededor de 100 millones de dólares hasta que se resolvió el juicio a mediados del 2012, tras el cual los mismos fueron liberados y devueltos a la entidad monetaria.

La Cámara de Apelaciones determinó que los fondos del Banco Central eran "inembargables" desde todo punto de vista, y consideró que no era necesario pronunciarse sobre el criterio de Griesa del "alter ego", es decir, de que el Banco Central es un brazo más de la caja del Tesoro nacional.

El juéz, a pedido de los fondos buitre, decidió dejar la causa abierta el pasado 25 de septiembre, considerando que la cuestión de fondo del fallo de primera instancia no había sido resuelta por la Cámara de Apelaciones.

El día que se conoció el fallo de Griesa, fuentes oficiales indicaron que "no afecta en nada las reservas argentinas", y que "esta causa queda en abstracto", porque "los fondos ya fueron liberados y no son embargables".

Fuentes legales consultadas opinaron que los fondos buitre buscan "incansablemente hacer ruido, y tratar de dejar sentado que el Banco Central es un brazo del Tesoro de la Argentina, cuando en este caso lo que hay es una cáscara vacía", consideraron.