Nueve personas -tres hombres y seis mujeres- murieron anoche después de que un hombre blanco abriera fuego durante una plegaria en una iglesia histórica negra en el centro de Charleston, un ataque que las autoridades describieron como un crimen de odio, consignó por Continental Anahí Rubin, periodista argentina radicada en Nueva York.

El jefe de la policía local, Greg Mullen, dijo creer que el asalto a la iglesia metodista Emanuel había sido un crimen de odio, y que las autoridades buscaban a un varón blanco al comienzo de la veintena. "El único motivo por el que alguien podría entrar en una iglesia y disparar a gente que reza es por odio'', dijo el alcalde de Charleston, Joseph P. Riley. "Es el acto más ruin que uno podría imaginarse, y llevaremos a esa persona ante la justicia'', agregó.

El tiroteo tuvo lugar hacia las 21 locales (22 en la Argentina), en una de las iglesias de la comunidad negra más antiguas de la ciudad. El hombre empezó a disparar durante una sesión de estudio de la Biblia, muy frecuentes en las iglesias del sur de Estados Unidos. A pesar del importante despliegue policial, incluyendo medios aéreos, el sospechoso, que la policía califica de "muy peligroso", todavía no había sido localizado cinco horas después del tiroteo, precisó Rubin en La Mañana. 

El líder de la minoría en el Senado estatal, Todd Rutherford, dijo que el actual pastor del templo, el senador Clementa Pinckney, estaba entre los fallecidos en la balacera.