La salud de la enfermera británica contagiada con el virus del ébola experimentó una "mejora significativa", informó el doctor Michael Jacobs, del Royal Free Hospital de Londres, donde permanece aislada. La escocesa Pauline Cafferkey, de 39 años, tuvo que ser ingresada en una unidad especial de ese centro de salud el 9 de octubre pasado por haber sufrido una complicación relacionada con la enfermedad, por la que ya había sido tratada a finales del año pasado.

Poco después de su ingreso, los médicos habían indicado que permanecía en estado "crítico", pero el lunes los doctores destacaron que había mejorado. Jacobs, especialista en enfermedades infecciosas, explicó que Cafferkey enfermó este mes con meningitis causada por una complicación del ébola, que contrajo originalmente a finales del año pasado mientras trabajaba en Sierra Leona.

El médico agregó que el personal del hospital está satisfecho por los progresos de la enfermera, si bien puntualizó que deberá permanecer ingresada algún tiempo. "Creo que tiene una larga recuperación por delante y se quedará con nosotros durante un tiempo", explicó el especialista.

Según Jacobs, el tipo de ébola que afectó a la enfermera es "totalmente diferente" a lo que habían visto antes en otros pacientes con la enfermedad. Explicó, además, que la enfermera fue tratada con un antiviral conocido como GS5734, un tratamiento aún en fase experimental.