Las fuerzas militares de Bagdad anunciaron que controlan ya el 75% del barrio de Qadesiya, el más grande de Tikrit, localizado al norte de la ciudad.

Las tropas del gobierno señalaron su avance enarbolando bandera iraquí en lo alto del hospital militar. También avanzaron sobre Al Diyum, Al Hayakel y Al Sinai, al oeste de la ciudad.

Las autoridades esperan que este combate termine siendo el asalto final a Tikrit, capital de la provincia de Saladino que, situada al Norte de Bagdad, abre la vía a Mosul, la segunda ciudad del país, bastión del EI.

Las fuerzas gubernamentales y sus aliados cuentan con apoyo aéreo de la coalición encabezada por Estados Unidos contra el EI, pero enfrentan fuerte oposición de francotiradores y hay bombas artesanales y minas cazabobos en los ingresos a la ciudad, reportó la agencia Europa Press.

En las últimas 24 horas de combates, los atacantes sufrieron 13 bajas mortales y 18 heridos, mientras que hay decenas de muertos y heridos en las filas del EI.

Pero mientras continúan los combates y se preanuncia un inminente y exitoso asalto final, crecen las denuncias de actos de venganza contra los sunnitas a manos de milicias chiítas en zonas próximas a Tikrit, como Albu Oyeil, al este, donde las fuerzas del gobierno tomaron control total de los yacimientos de crudo en su avance hacia Al Fatha.

El general jubilado Ahmed Jaled al Naseri, habitante de la cercana aldea de Al Ouya, dijo a la agencia de noticias EFE que las Brigadas de Hezbollah y las Ligas de los Justos, todas chiítas, asesinaron a muchos habitantes y quemaron viviendas en Albu Oyeil.

"Tenemos videos que muestran los asesinatos y destrucciones que afectaron a esa zona, y esto es una prueba irrefutable. La localidad se ha convertido en una ciudad fantasma, ya que sus habitantes, más de 30.000, han huido hacia Al Hauiya y Al Sharqat", explicó Al Naseri.

Por su parte, un catedrático que se identificó como Abu Mohamed y que huyó de la zona de Albu Oyeil, calificó la situación de "dramática" y acusó a las milicias chiítas de los asesinatos.

Abu Mohamed expresó su preocupación por el hecho de que la situación pueda derivar en un conflicto tribal entre Albu Oyeil y el resto de clanes, que la acusan de perpetrar "el crimen" de la base aérea Spiker, una masacre que causó la muerte a decenas de soldados el año pasado.

El catedrático pidió que el Gobierno aplique "la ley y busque a los verdaderos agresores que perpetraron el crimen, en lugar de quemar las casas, lanzar bombardeos indiscriminados y asesinar a los civiles".

Un responsable del Ejército iraquí reconoció que "algunas veces pueden suceder violaciones individuales como en todos los Ejércitos del mundo", aunque precisó que las Fuerzas Armadas iraquíes condenan estos actos e intentan evitarlos.

Pero aún el poderoso clérigo shiíta Muqtada al Sadr pidió ayer la apertura de una investigación judicial para "castigar a todos aquellos que utilizan la violencia excesiva, destruyen las casas y las mezquitas, y atentan contra la población".

Al Sadr exigió asimismo que se castigue a los miembros del Ejército y de las milicias progubernamentales que "emplean la tortura, manipulan los cadáveres, decapitan y queman" propiedades.

En otros frentes de la ofensiva, fuerzas regulares y milicianos chiítas controlaron la estratégica ruta que une la localidad de Al Alam, recuperada hace dos dí­as, con el área de Al Fatha.

Esta zona es un nudo importante de transportes y comunicaciones entre las provincias de Saladino, Kirkuk (noroeste), y las provincias de Ní­nive (norte) y Al Anbar (oeste).

La ofensiva militar cuenta con el apoyo de la aviación iraquí­, que bombardeó convoyes de los yihadistas.

El gobernador de la provincia de Saladino, Raed al Yaburi, adelantó además en un comunicado que las fuerzas gubernamentales, los milicianos chiítas y los combatientes de clanes sunnitas reforzaron el cerco en torno a la ciudad, desde todas las direcciones, y no descartó que se logre muy pronto la liberación de Tikrit.

El que pretende ser el asalto final sobre Tikrit fue precedido de una amplia ofensiva de las autoridades iraquí­es a principios de mes desde cinco ejes para expulsar a los yihadistas del norte de Saladino.