El veredicto guió de inmediato la atención periodística hacia Cameron, quien lo contrató como asesor de comunicación para su partido y tras su victoria en las elecciones de 2010 lo llevó consigo a Downing Street, sólo semanas después de que dejara el News of the World.

En una breve declaración leída en la sede del gobierno británico, el primer ministro ofreció una "disculpa completa y franca" y admitió que aunque intentó dar una segunda oportunidad a Coulson tras su salida del rotativo, esto fue "una mala decisión".

"Tengo muy claro en eso", subrayó.

El premier, no obstante, insistió en que Coulson le aseguró no haber tenido nada que ver con las escuchas ilegales.

Al término de un proceso de ocho meses en el tribunal penal de Old Bailey, el tribunal determinó que Coulson "conocía y toleró" las escuchas ilegales durante su periodo como redactor jefe de News of the World, propiedad del magnate de medios Robert Murdoch, -que fue cerrado tras destaparse el escándalo-, informó la agencia de noticias DPA.

La otra protagonista del escándalo, Rebekah Brooks, predecesora de Coulson y posterior directora del grupo editorial News Internacional, fue exculpada de todos los cargos, igual que el director editorial Stuart Kuttner y el marido de Brooks, Charlie.

Brooks estuvo al frente del dominical entre los años 2000 y 2003, mientras que Coulson lo fue entre 2003 y 2007.

Los Brooks no hicieron ningún comentario sobre los veredictos y abandonaron el Tribunal, a cuya salida fueron abordados por una turba de fotógrafos, cámaras de televisión y público mientras eran guiados hasta un taxi que los esperaba.

Preguntado si tení­a algún comentario que hacer, el abogado de Brooks, Angus McBride, dijo que no podí­a decir nada porque el juicio estaba en curso con varios veredictos todaví­a a alcanzar.

Coulson podría enfrentarse a una pena de prisión, aunque aun no se sabe el alcance que ésta podría tener ya que el jurado aún está deliberando sobre otros cargos contra él y contra Clive Goodman, el corresponsal monárquico del diario, ambos vinculados a una denuncia sobre pago a policías a cambio de números de teléfono de la familia real.

El caso causó una gran conmoción en el Reino Unido al revelarse en 2011 el alcance de las escuchas para obtener notas exclusivas.

El dictamen fue alcanzado por un jurado formado por ocho mujeres y tres hombres, que evaluaron el caso y al término de un largo y complejo proceso legal.

El escándalo de los pinchazos telefónicos que sacudió la política británica, no sólo se tradujo en el cierre del rotativo News of the World tras 168 años, sino que también forzó a Robert Murdoch a abandonar una apuesta millonaria para adquirir la totalidad de las acciones de la plataforma digital BSkyB y mermar sus ambiciones de expansión en Reino Unido.

El hecho también empujó al gobierno británico a establecer una comisión investigadora independiente cuyas conclusiones aconsejaron una autorregulación de los medios que dividió al sector.