En Italia, suspendieron por el mal tiempo las tareas de búsqueda de los desaparecidos del crucero Costa Concordia. Las autoridades a cargo del rescate decidieron postergar el operativo porque la embarcación comenzó a moverse. Todavía hay veinte personas dentro de la nave.

En tanto, el capitán del barco, Francisco Schettino, fue liberado y trasladado a su residencia en Sorrento para cumplir el arresto domiciliario. Por Continental, una de las argentinas que sobrevivieron a la tragedia, la jueza mendocina María Inés Lona de Ávalos, confesó que está “impactada” por la actitud del marino, que adujo que se cayó "accidentalmente sobre el techo de una barca de salvamento".

"Mire, cuando usted escucha eso es impactante, uno cree que está con alguien que no está bien de la cabeza o en el ínterin algo le pasó. Es increíble, es increíble", remarcó la magistrada con evidente estupefacción. 

"La única forma de salir era intentar ingresar en una barca cuando todo el mundo, aparte, deseaba hacerlo", pero "nunca escuchamos una instrucción de nadie. No debió morir nadie, yo nunca dudé que esto era algo sencillo, estábamos a 200 metros de la playa, no podía pasar nada, soy la primera en sentir que es algo imperdonable", enfatizó en Magdalena Tempranísimo.  

"Había 1.200 tripulantes, uno cada tres personas, tendríamos que haber tenido una evacuación perfecta, cada persona con un salvavidas. Una señora nos decía que el capitán se sacaba una foto en las distintas mesas, pero después nos las quería vender a 20 euros", concluyó Lona.