Corea del Sur puede desde hoy reprocesar combustible atómico y enriquecer uranio tras la entrada en vigor del acuerdo nuclear suscrito este año por Seúl y Washington que elimina las restricciones impuestas al país asiático. En el mes de abril representantes de ambos países sellaron el acuerdo después de un período de negociaciones de cinco años, en los que Corea del Sur insistió ante Estados Unidos para que le permitiera ampliar sus actividades en el ámbito de la energía nuclear.

El acuerdo que entra en vigor sustituye al tratado nuclear de 1974, en el que Estados Unidos imponía estrictas prohibiciones sobre las actividades de reprocesamiento y enriquecimiento de uranio de Corea del Sur, y tendrá una vigencia de 20 años con posibilidad de prolongarse cinco más.

Por el acuerdo Seúl puede desarrollar las tecnologías necesarias para reciclar los residuos de sus 24 reactores atómicos mediante la técnica del piroprocesado, que permite producir energía pero no es apta para el uso armamentístico de los materiales nucleares. Corea del Sur, país signatario del Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares, también tendrá vía libre para operar un programa de bajo enriquecimiento de uranio supervisado por Washington, que le ayudará en el almacenamiento, transporte y disposición de su combustible usado, según el pacto.

El reprocesamiento de combustible atómico y el enriquecimiento de uranio han sido las últimas décadas importantes reivindicaciones de Corea del Sur, un país cuya producción eléctrica depende en aproximadamente un tercio de la energía nuclear y se ve obligado a importar todo el combustible que usan sus centrales. Estados Unidos, que aporta aproximadamente una cuarta parte de la demanda surcoreana de uranio enriquecido, se había negado hasta este año a revisar el acuerdo de 1974 al considerar peligrosa una posible escalada nuclear en la conflictiva península coreana.