Corea del Norte y Estados Unidos mantuvieron este jueves los primeros encuentros bilaterales, a nivel de funcionarios, luego de la muerte del líder norcoreano Kim Jong-il en diciembre pasado, donde el controvertido programa nuclear norcoreano ocupó el centro de la escena.

"Todavía estamos en mitad de las negociaciones", señaló el representante especial estadounidense para política sobre Corea del Norte, Glyn Davies, al comunicar también que el encuentro proseguirá mañana. "Las conversaciones de hoy fueron serias y sustanciales y cubrieron un buen número de asuntos", explicó Davies tras cinco horas de reuniones.

Ambas delegaciones se reunieron tanto en la embajada estadounidense como en la norcoreana y en las conversaciones la representación de Pyongyang está encabezada por el viceministro del Exterior, Kim Kye-Gwan.

Según el diplomático estadounidense, Washington desea emplear este diálogo para "saber qué está preparado para hacer el nuevo liderazgo en Corea del Norte", respecto a las promesas de poner fin a su programa nuclear bajo el acuerdo de seis naciones que data del año 2005. "¿Están preparados para continuar donde dejamos (el tema) en julio en Nueva York y en el encuentro de Ginebra en octubre?", se preguntó Davies, refiriéndose a las dos reuniones mantenidas en esos meses.

Los representantes estadounidenses esperan lograr progresos sobre desnuclearización, no proliferación y "temas humanitarios y de derechos humanos", precisó.

"Creo que es una señal positiva que la República Democrática Popular de Corea haya decidido volver a la mesa (de conversaciones) con nosotros relativamente pronto después de el inicio de su transición", dijo Davies. El enviado de Estados Unidos señaló también que es "importante que Corea del Norte retome rápidamente el diálogo con sus vecinos, en particular con Corea del Sur, pero también con Japón".

Estados Unidos quiere que Corea del Norte vuelva a las conversaciones a seis bandas con Rusia, China, Japón y Corea del Sur sobre su programa nuclear, negociaciones que Pyongyang congeló en 2008. El pasado mes de enero, Pyonyang afirmó que podría frenar el enriquecimiento de uranio para armamento atómico a cambio de ayuda alimentaria por parte de Estados Unidos.