La Comisión Permanente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) decidió la expulsión de Baltasar Garzón de la carrera judicial. Es en ejecución del fallo dictado por el Tribunal Supremo, que condenó al ex juez a 11 años de inhabilitación especial por prevaricación.

El acuerdo de la Comisión Permanente será ratificado por el Pleno del CGPJ el próximo jueves.

Como consecuencia de esta decisión, el órgano de gobierno de los jueces deja sin efecto las suspensiones provisionales que ya pesaban sobre Garzón y que fueron acordadas a raíz de que fuera procesado tanto por las escuchas de ‘Gürtel’ como por investigar los crímenes del franquismo “careciendo de competencia para ello”, según sus fundamentos.

Aunque esta condena supone la pérdida definitiva del cargo que ostenta, Garzón puede ejercer la abogacía o continuar participando en foros internacionales. Durante este tiempo, ha colaborado con el Tribunal Penal Internacional con sede en La Haya, con la Organización de Estados Americanos (OEA) y el Comité contra la Tortura del Consejo de Europa.

Santiago O’Donnell, columnista de la sección Internacionales de Página/12, publicó una columna de mucha repercusión sobre los motivos que justifican o no la decisión del tribunal español.

“Es el juez más importante del SXX”, enfatizó el periodista, quien hizo un repaso de la carrera del magistrado.

“No vamos a negar que la política influye en la justicia”, señaló O’Donnell, y agregó que “no es lo mismo una Corte de la dictadura”.

“Es posible que en España, abrir el tema del franquismo sea un tema de Estado”, subrayó, pero consideró una “rareza” que la actual composición del máximo tribunal haya dictado un fallo unánime.

“Probar el prevaricato es muy difícil porque hay que resolver que realmente cometió un delito y que lo hizo a propósito”, concluyó el escritor.