Aprovechando la localía y la debilidad coyuntural de Washington, después de que el presidente estadounidense, Barack Obama, perdiera el control del Congreso en elecciones recientes, y de Moscú, enfrentada con Estados Unidos y Europa por la crisis ucraniana, China logró en la cumbre grandes saltos hacia adelante.

En este sentido, los anfitriones chinos lograron hoy que los 21 miembros del Foro de Asociación Económica Asia-Pacífico (APEC), entre ellos Obama y su par ruso, Vladimir Putin, acordaran lanzar el proceso para crear un área de libre comercio en la región, anunció el presidente chino, Xi Jinping, al término de la cumbre.

"Hemos decidido comenzar el proceso para construir una Zona de Libre Comercio de Asia Pacífico (Ftaap, en sus siglas en ingles) y hemos adoptado una hoja de ruta para lograrlo", anunció el mandatario chino, quien afirmó que se trata de "un paso histórico", informó la agencia de noticias EFE.

"Tenemos la confianza y la decisión para una integración económica", aseguró Xi, al afirmar que el futuro Ftaap "beneficiará a las economías de ambos lados de Asia-Pacífico, que se encuentran en diferentes etapas de desarrollo, e inyectará un nuevo ímpetu al APEC, así como a sus miembros".

La zona de libre comercio de Asia Pacífico es un proyecto que se  debate en la región desde hace años, pero que en los últimos tiempos cobró nueva fuerza a raíz de que China, una de las principales potencias regionales, empezara a abanderarlo.

La Ftaap, sin embargo, podría ir en contra de iniciativas similares también debatidas en la región, como la Asociación Trans-Pacífica (TPP), una idea defendida por Estados Unidos para los países más desarrollados de la zona y que había ganado apoyo en otros países de América, además de en Australia.

Otros acuerdos que se alcanzaron hoy, para los que existía en principio mayor consenso, fueron la creación de mecanismos regionales para la lucha anticorrupción o el anuncio de más esfuerzos para ayudar a África a combatir la epidemia del ébola.

Pero además, China se apuntó muchos tantos bilaterales estos días, ya que en los márgenes de la cumbre consiguió concluir las negociaciones para un tratado de libre comercio con Corea del Sur, inició un tímido deshielo en su largo contencioso territorial con Japón y firmó acuerdos gasísticos con Rusia.

Respecto a sus relaciones con Estados Unidos, China logró  recortar tarifas en bienes electrónicos, algo importante para un gigante asiático necesitado de transferencia tecnológica.

Además, hasta arrancó de Obama -que por fin acudió a la cumbre APEC tras su sonada ausencia en 2013 en Bali- promesas de más visas para estudiantes chinos.

En definitiva, muchos tantos apuntados para una China que en estos momentos es el principal motor de crecimiento de la poderosa región APEC, que concentra el 57 por ciento del PIB mundial y la mitad del comercio del planeta.

Como metáfora de estas victorias diplomáticas chinas, Xi recibió en la noche previa a la cumbre a todos los líderes regionales vestidos de traje Mao.

Tras la cumbre, Xi inició hoy dos días de reuniones bilaterales con Obama con un encuentro de carácter más informal celebrado en el complejo palaciego de Zhongnanhai, sede oficial del Gobierno de la República Popular China desde su fundación en 1949.

Obama y Putin hicieron relativamente poco ruido en Beijing, y fue muy sintomático el hecho de que en sus intervenciones en el foro de líderes, previo a la cumbre, el presidente estadounidense fuera breve y expresara su deseo de ver una China "al alza y próspera", aunque eso sí, también "pacífica y estable".

Putin, por su parte, se vio enfrentado a preguntas de empresarios chinos que acusaron a Rusia de ser un mercado a veces poco seguro para la inversión foránea, algo que el líder ruso, sin el tono duro y firme de otras ocasiones, intentó combatir con promesas de mayores facilidades aduaneras y de infraestructuras.

En todo caso, el presidente ruso se "desquitó" de estos ataques al protagonizar la mejor anécdota de la cumbre, cuando en la noche de ayer, mientras los líderes asistían a un espectáculo de fuegos artificiales, ofrecía galante y pícaro su abrigo a la esposa de Xi, la elegante soprano Peng Liyuan.

Esa imagen, que dio mucho que hablar en China, fue censurada en las redes chinas después de que la ofreciera la televisión estatal china CCTV, lo que no hizo sino extenderla aún más rápidamente.