Cerca de 20 mil aficionados llenaron la plaza Monumental en Barcelona para asistir a la última corrida de toros del pueblo catalán donde la llamada “Fiesta Nacional” fue prohibida por el Parlamento.

“Ya son pocos los que se declaran partidarios de un deporte”, advirtió el periodista de Prisa Radio, Fernando Bayo, sobre una tradición del país ibérico que llevaba seis siglos.

La del domingo, “fue una corrida muy buena; un buen broche final”.

Bayo explicó que varios partidos políticos apelaron la medida legislativa para preservar el deporte típico catalán.

“La iniciativa de prohibir el toreo partió de las organizaciones que defienden los derechos del animal”, explicó.

Lo que está vedado, en tanto, es el “sacrificio” del animal, no su encierro, como se lleva a cabo en otras fiestas.