El primer ministro británico, David Cameron, presentó en la Cámara de los Comunes su proposición de ley para permitir el matrimonio entre personas del mismo sexo e incluso consentir la celebración de las bodas gays en las iglesias. Hasta ahora, los homosexuales sólo podían celebrar uniones civiles en el Reino Unido.

La decisión de Cameron ha provocado las iras del ala tradicionalista del Partido Conservador: más de un centenar de diputados ‘tories’ han anunciado que votarán en contra de la propuesta. Cameron cuenta sin embargo con el apoyo de destacados líderes conservadores, como el alcalde de Londres, Boris Johnson, y el ex primer ministro John Major.

Pese a la oposición en su propio partido y las resistencias de la Iglesia Anglicana, Cameron logrará seguramente su objetivo antes de las elecciones del año 2015 con el apoyo de los liberal-demócratas en la coalición de Gobierno y de los laboristas en la oposición.

“Soy un gran partidario de la institución del matrimonio”, declaró Cameron el pasado fin de semana. “No creo que los homosexuales deban quedar excluidos. Es más, una decisión como ésta servirá en todo caso para reforzar la institución”.

La ministra de Cultura e Igualdad, María Miller, recalcó que, aunque las bodas gays podrán celebrarse en templos religiosos, “ninguna iglesia se verá forzada a realizarla contra su voluntad”.

Además de la Iglesia Anglicana, la Iglesia Católica ha elevado su voz en contra de la decisión de Cameron, que ha sido sin embargo recibida con parabienes por las iglesias unitarias de Londres, donde ya hay listas de espera para la celebración de bodas gays en los próximos meses.