La Comisión Europea (CE) autorizó la inyección de 37.000 millones de euros para rescatar a la banca española a condición de que reduzca 60% el tamaño de las entidades, un ajuste que incluye cierre de oficinas y despidos masivos.

El comisario de Competencia y vicepresidente de la CE, el español Joaquín Almunia, quien confirmó en conferencia las obligaciones a las que están condicionadas las ayudas europeas, subrayó que “un sector financiero saneado es indispensable” para la recuperación de la economía española.

Los bancos nacionalizados para evitar su quiebra en plena tormenta financiera deberán reducir en un 60% sus activos y en un 50% sus oficinas (sucursales), además de llevar a cabo un drástico recorte en su plantilla de empleados, explicó Almunia.

Con este plan, Bruselas pretende que las entidades españolas vuelvan a ser viables sin más ayudas de aquí a 2017.

Asimismo, Almunia explicó que los tenedores de “participaciones preferentes o deuda subordinada”, que en su mayoría son pequeños ahorristas que fueron estafados por los bancos, deberán asumir “fuertes pérdidas” a través del canje de sus títulos o acciones equivalentes de las entidades afectadas.

Bruselas calcula que la “quita” de los accionistas reducirá la ayuda estatal en unos 10.000 millones de euros.

Según la detallada “hoja de ruta” presentada por Bruselas, la banca deberá vender sus participaciones industriales y destinar los fondos obtenidos a cancelar las ayudas públicas, y tendrá que centrarse en el negocio minorista en su propia región y abandonar cualquier actividad de riesgo, como el crédito al sector de la construcción y promoción inmobiliaria.

Por otro lado, las entidades traspasarán 45.000 millones de activos tóxicos al llamado “banco malo”, con un descuento medio del 65%.

Bankia, la mayor entidad rescatada, recibirá unos 17.960 millones de euros; NovaGalicia Banco recibirá 5.425 millones, Catalunya Banc 9.080 millones y Banco de Valencia 4.500 millones. El “banco malo” recibirá 2.500 millones.

En el caso de Bankia, la dirección de la entidad anunció hoy un plan de reestructuración de tres años que incluye el despido de 6.000 trabajadores, el 28% del total, y el cierre de 1.117 oficinas, el 39%.

La entidad madrileña es la única que continuará en solitario, ya que el gobierno español se comprometió a vender en cinco años el resto de bancos rescatados.

De hecho, la CE y el Banco de España aprobaron ya la venta del Banco de Valencia a Caixabank, operación que, según Almunia, era más barata que liquidar el banco.

Ante la ola de despidos que se avecina en el sector bancario español, el vicepresidente de la CE remarcó que “los responsables son los que gestionaron mal estas entidades”.