La protesta de suboficiales y sargentos de policía de Bolivia por mejores salarios se extendió hoy a todoel país y sus dirigentes amenazan con radicalizarla, si el gobierno mantiene su rechazo a la demanda que comenzó hace diez días Potosí.

Los policías se mantienen acuartelados en unidades estratégicas de las nueve capitales de departamento y el presidente de la asociación que los agrupa, Javier Quispe, advirtió que radicalizarán su protesta porque "hace dos años que esperan respuestas concretas".

Quispe advirtió "si no tenemos una respuesta de convocatoria de las autoridades", la protesta "será contundente. No vamos arenunciar a nuestra propuesta. Que no provoquen a la familia policial. Nosotros nos vamos a defender con todo lo que podamos. No nos vamos a rendir".

La protesta comenzó una semana atrás en Potosí, al sur del altiplano, cuando un suboficial se declaró en huelga de hambre y se agudizó el jueves en La Paz, cuando un grupo se acuarteló en una unidad a media cuadra del palacio, tras ser reprimidos congases lacrimógenos por adherir a la protesta.

Los suboficiales y sargentos piden incorporar un bono mensual de seguridad de 400 bolivianos (55 dólares) a su salario básico que, en promedio, es de 1.800 (250 dólares) para aumentar de manera indirecta sus ingresos.

Según el gobierno, la demanda representaría 200 millones de bolivianos (28 millones de dólares) no presupuestados, por lo que se podría analizarlo recién en agosto cuando se reformule el presupuesto general.

El gobierno aseguró además que desde 2006 los policías debaja graduación recibieron un aumento salarial acumulado del 400 por ciento, en tanto que la inflación acumulada en el período no superó el 30 por ciento.

Según los policías de baja graduación, mientras ellos perciben un bono de seguridad de 400 bolivianos, el de los comandantes es de 5.000 bolivianos (720 dólares) pero, además, tienen compromisos del gobierno incumplidos desde el 2012.

Entre esos compromisos, además de la mejora salarial, está la jubilación con el 100 por ciento del último salario, abrogar la actual ley de régimen disciplinario y crear el Defensor del Policía.

Según el sargento Quispe, tras varias postergaciones se les ofreció atender su demanda después de la reunión del G77 en Santa Cruz y para el aniversario de la policía, el 24 de junio.

Quispe dijo "es una decepción que nos den tantas vueltas. Nos sentimos engañados".

A la protesta se sumaron jubilados y esposas de los policías que instalaron piquetes de huelga de hambre en varias ciudades del interior y anunciaron que realizarán manifestaciones públicas de persistir el problema.