Una de las 200 chicas nigerianas que fueron secuestradas hace más de cinco meses por el grupo islamista radical Boko Haram fue liberada esta semana y, tras deambular durante cuatro días, llegó a un pequeño pueblo donde pidió ayuda, según informaron hoy la policía y el padre de otras dos víctimas que aún están en poder de los extremistas.

Emmanuel Ojukwu, el vocero de la Policía nigeriana, contó a la prensa que habló por teléfono con la joven, pero no pudo conseguir que le dijera su nombre.

"Está mentalmente traumatizada, no es coherente cuando habla", relató el funcionario, aunque destacó que "su condición es estable".

"Sabemos que una chica de unos 20 años, que estaba entre las jóvenes que fueron secuestradas de la localidad de Chibok, fue liberada por presuntos milicianos de Boko Haram en Mubi", un pueblo de la provincia nororiental de Adamawa, a unos 100 kilómetros de la escuela secundaria de Chibok, desde donde fueron raptadas.

"La información que manejamos es que es una de las chicas secuestradas", reiteró.

En tanto, un padre que aún tiene a dos de sus hijas secuestradas y que, por eso, pidió no revelar su nombre, explicó que encontraron a la joven "corriendo por el pueblo".

"Hacía cuatro días que estaba en el bosque. Ahora está recibiendo atención médica" en la ciudad vecina de Yola, agregó el hombre, citado por la agencia de noticias Europa Press.

Boko Haram, que significa en lenguas locales "la educación no islámica es pecado", lucha por imponer un Estado islámico en Nigeria, paí­s de mayorí­a musulmana en el Norte y predominantemente cristiana en el Sur.

Desde que la policí­a acabó en 2009 con el entonces lí­der de Boko Haram, Mohamed Yusuf, el grupo asesinó a 12.000 personas. Recientemente, la milicia concentró sus ataques en escuelas, universidades y otros centros educativos que no cumplen con su visión estricta y ultraconservadora del Islam.

También hoy, la policía informó que presuntos milicianos de Boko Haram atacaron dos pueblos en la provincia de Borno, en el noreste del país, y mataron a 20 personas, entre ellas un maestro y un pastor.

Según relató un policía que pidió no revelar su nombre, los atacantes irrumpieron en los pueblos de Shaffa y Shindiffu fuertemente armados y destruyeron completamente 10 iglesias y una escuela, informó Europa Press.

Hasta ahora, la respuesta del gobierno nigeriano ha sido declarar el estado de sitio en los estados de noreste del país y combatir militarmente a la milicia.

Convencido de que esa es la dirección correcta, el Congreso nigeriano dio hoy media sanción a un pedido del presidente Goodluck Jonathan para tomar un préstamo de 1.000 millones de dólares para reforzar al Ejército en su lucha contra Boko Haram.

La ley, que ahora debe ser ratificada por los diputados antes de ser promulgada por el mandatario, estipula que el dinero será usado para comprar barcos -pese a que el bastión de la milicia islamista está lejos de las costas sureñas del país-, helicópteros y armamento.