El papa Benedicto XVI se despidió de los fieles católicos desde el balcón de Castelgandolfo, que será su resiencia hasta que se designe a su sucesor y terminen los trabajos de refacción del monasterio de clausura donde vivirá dentro del Vaticano.

En lo que fueron sus últimas palabras como Sumo Pontífice, Joseph Ratzinger aseguró que seguirá trabajando "por el bien común de la Iglesia y de la humanidad".

"A partir de las 20 dejaré de ser el Sumo Pontífice y pasaré a ser un peregrino más", proclamó el Papa, ante el aplauso de un importante grupo de fieles que lo despidió en Castelgandolfo.