El gobierno de Austria anunció que instalará una valla de 3,7 kilómetros de longitud en el paso de Spielfeld, en la frontera con Eslovenia, y explicó que su objetivo es asegurar la entrada ordenada de los refugiados que vienen por la ruta de los Balcanes. El director general para la Seguridad pública, Konrad Kogle, explicó que las autoridades utilizarán una valla de tipo G-7, un sistema de protección construido con tela metálica que suele usarse para bloquear accesos en grandes cumbres internacionales, pero que no es una verja con alambre de púas.

Agregó el funcionario que ese tipo de rollos de alambre de espino sí se podrían utilizar en situaciones de emergencia, por ejemplo si cientos de personas tratan de pasar al mismo tiempo los controles fronterizos. En cualquier caso, Kogle afirmó que siempre se actuará siguiendo el principio de proporcionalidad. Agregó que el tendido de este cerramiento estaría completado en unos dos meses.

Por su parte, la ministra del Interior austríaca, Johanna Mikl-Leitner, informó de que a pedido de Eslovenia se ha abandonado de momento el plan de construir una valla de 25 kilómetros en la frontera común entre ambos países. Las autoridades de Viena habían anunciado a fines de octubre último su intención de instalar algunas medidas de protección en la frontera para asegurar la entrada ordenada de refugiados, pero sin cerrar el paso fronterizo.

Lo que en un principio Mikl-Leitner definió eufemísticamente como "medidas de edificación", fue concretado luego en "medidas técnicas" y una valla para asegurar una entrada "controlada y ordenada" de los refugiados, según destacó. Los dos socios del gobierno austríaco, socialdemócratas y democristianos, han estado debatiendo desde entonces el tipo de cierre a instalar.