"Las espantosas descripciones que los conductores de ambulancia y otros miembros del personal médico hacen de la atroz situación en la que tienen que trabajar, con bombas y balas matando o hiriendo a sus colegas mientras tratan de salvar vidas, ilustran la sombría realidad de la vida en Gaza", señaló Philip Luther, de AI.

Luther, director del Programa para Medio Oriente y el Norte de Africa de la organzición humanitaria, consideró que "aún más alarmantes son los crecientes indicios de que el Ejército israelí atacó centros o profesionales de salud".

El responsable de Amnistía recordó que "esos ataques están prohibidos por el derecho internacional y constituyen crímenes de guerra" y agregó que "sólo sirven para reforzar el argumento, ya de por sí imperioso, de que la situación debe ser remitida a la Corte Penal Internacional".

La organización denunció casos de equipos médicos a los que se les impidió acceder a algunas zonas privando a centenares de civiles heridos de una asistencia que podía salvarles la vida.

Jaber Jalil Abu Rumileh, supervisor de los servicios de ambulancia en el hospital de Mártires de Al Aqsa, relató que en ese centro médico hubo un bombardeo de media hora el pasado 21 de julio.

Otro afectado, Mohammad Abu Jumiza, sufre una sordera parcial a causa de las heridas que sufrió durante un ataque, que tuvo lugar mientras trasladaba a personas heridas en su ambulancia en Khan Yunis el 24 de julio, agregó Amnistía.

El médico Bashar Murad, director de una unidad de urgencias y ambulancia de la Sociedad Palestina de la Media Luna Roja, contó a AI que desde el inicio del conflicto al menos dos de sus compañeros murieron, 35 resultaron heridos y 17 vehículos de salud quedaron fuera de servicio tras esos ataques.

Los hospitales de toda la Franja de Gaza sufren además falta de combustible y cortes de energía, un suministro inadecuado de agua, y escasez de medicamentos y material médico esencial.

Israel lanzó su ofensiva en Gaza el 8 de julio pasado en respuesta a ataques con cohetes desde esa región gobernada por el grupo islamista Hamas. El día 17 invadió la región con miles de soldados, pero esta semana aceptó una tregua para negociar con los palestinos en Egipto un alto el fuego a largo plazo.

La operación dejó casi 1.900 palestinos muertos y unos 10.000 heridos, en su mayoría civiles, según la ONU y autoridades de Gaza.

En el mismo periodo murieron 67 israelíes, todos ellos soldados menos tres civiles.