Al menos 15 personas murieron y 46 resultaron heridas por un ataque contra un mercado al aire libre en la ciudad de Mariúpol, en el este de Ucrania, y tanto los rebeldes como Kiev se acusan mutuamente de haberlo perpetrado. Mariúpol, capital provisional de Donetsk para las fuerzas ucranianas, está emplazada en la costa del Mar de Azov y es la principal ciudad entre Rusia continental y la península de Crimea, que fue anexada por Rusia el año pasado tras la celebración de un referendo independentista.

Ucrania teme que los separatistas, que están apostados a unos 10 kilómetros de la periferia oriental de Mariupol, quieran tomar la ciudad costera para establecer una conexión terrestre entre Rusia y Crimea. El Ministerio del Interior informó que los cohetes impactaron en algunos hogares, así como también en el mercado y algunos negocios. 

La Policía informó que un puesto de control militar ubicado en un camino que conduce hacia las zonas controladas por los rebeldes también sufrió un impacto de artillería. Los ataques sobre Mariúpol se dan luego de que ayer los separatistas anunciaran su intención de montar una ofensiva en varios frentes para aumentar el territorio bajo su control, tirando por tierra los fallidos intentos de alto el fuego.

"No habrá más treguas", aseguró ayer el líder de la República Popular de Donetsk (RDP), Alexandr Zajarchenko, quien agregó que "continuarán la ofensiva hasta las fronteras de la región de Donetsk". Sin embargo, los separatistas negaron estar involucrados en el ataque y responsabilizaron a las fuerzas ucranianas de la tragedia. "El cañoneo contra las zonas residenciales de Mariupol es una provocación. El ejército de la RPD no ha disparado hoy con su artillería en esa dirección", señaló a la agencia rusa Interfax un vocero de las milicias rebeldes.