Al menos once personas fallecieron tras naufragar una embarcación precaria en la que una veintena de refugiados intentaba viajar desde las costas turcas a la isla griega de Samos. Una patrulla de la guarda costera turca descubrió la embarcación que se hundía y consiguió rescatar a siete supervivientes, además de recuperar once cadáveres, entre ellos tres niños.

El naufragio tuvo lugar a una decena de kilómetros al norte de Kusadasi, un famoso puerto de yates turco en la provincia de Aydin, a unos 20 kilómetros de las playas de la que partió la embarcación. Las autoridades aún no precisaron la nacionalidad de los refugiados, pero la prensa turca señala que la gran mayoría de los que intentan trasladarse desde Turquía a las islas griegas son sirios, con grupos menores de iraquíes y afganos.

Turquía alberga a unos 2,2 millones de sirios, de los que 200.000 viven en campamentos gubernamentales, así como a 45.000 afganos, 100.000 iraquíes y 14.000 iraníes, bien solicitantes de asilo, bien refugiados, según datos del ACNUR, la agencia de refugiados de las Naciones Unidas.

Entre enero y noviembre, unas 792.000 personas llegaron a Grecia por vía marítima de forma indocumentada, según estimaciones de Amnistía Internacional. Durante 2015 se documentó la muerte de 627 personas en estos intentos de cruzar brazos de mar de apenas una decena de kilómetros en barcas normalmente sobrecargadas y manejadas por personas sin experiencia marina alguna.