Setenta años después de ser condenado a la silla eléctrica, George Stinney, un adolescente afroamericano que fue acusado del asesinato de dos niñas blancas, fue absuelto por un tribunal de Estados Unidos.

Con sólo 14 años, George Stinney fue la persona más joven ejecutada en la historia de Norteamérica. El adolescente era tan pequeño que las autoridades tuvieron que colocar un libro grueso sobre la silla eléctrica para acomodarlo, además, apenas alcanzaba los 45 kilos de peso.

En 1944 Stinney fue declarado culpable del asesinato de dos niñas blancas: Betty June Binnicker, de 11 años, y Mary Emma Thames, de 8, en el Condado de Clarendon, Carolina del Sur, el 24 de marzo de 1944. Stinney fue arrestado al día siguiente bajo cargos de asesinato de primer grado.A pesar de que la hermana de Stinney insistía en que estaba con ella en otro lugar en el momento del asesinato, el jurado compuesto por doce personas blancas no le hizo caso y con tan solo diez minutos de deliberación emitió el veredicto.

En menos de tres meses después del supuesto crimen, el menor fue ejecutado. Su caso es un ejemplo de los llamados "juicios exprés", muy extendidos en Estados Unidos en aquella época.El juicio de Stinney fue muy polémico en ese momento y hasta ahora, y sirvió de inspiración en 1988 a la novela de David Stout, Carolina Skeletons. A raíz del libro, en 1991 se filma la película Carolina Skeletons (también The End of Silence) dirigida por John Erman, con Kenny Blank (quien cambió su nombre más tarde a Kenn Michael) como Linus Bragg, el chico de 14 años que representaba a George Stinney Jr.



Más tarde fue descubierto que la viga con la cual las dos niñas fueron asesinadas, pesaba más de 9,07 kilogramos. Por lo tanto, era imposible que Stinney fuera capaz de levantarla, y mucho menos ser capaz de golpear con fuerza suficiente como para matar las dos niñas.

Los activistas en defensa de los derechos humanos solicitaron un nuevo juicio para el caso de Stinney en 2013, argumentando que fueron violados todos los derechos del acusado ya que en el proceso no participaron ni abogados ni testigos. Como resultado de este procedimiento, la jueza Carmen Mullen de Carolina del Sur reconoció finalmente la inocencia del niño. Los parientes de las niñas asesinadas no están de acuerdo con la decisión y lamentan que ahora no haya responsable de aquellas muertes.
Ahora mismo George Stinney habría cumplido los 84 años.