La soberana Beatriz abdicó este martes en favor de su hijo, Guillermo Alejandro, y la argentina Máxima Zorreguieta se convirtió así en la nueva reina consorte de Holanda. Luego de cumplir con el trámite formal, los nuevos monarcas, la reina saliente y las tres hijas del matrimonio salieron al balcón del Palacio Real de Amsterdam (Dam) a saludar a la multitud reunida en la plaza.

La abdicación de Beatriz, tras 33 años en el trono, constituye el primer relevo monárquico del siglo XXI en Europa y automáticamente consagra al príncipe Guillermo Alejandro, de 46 años, como el rey de Holanda, y a Máxima como la reina consorte. El acto tuvo lugar en el salón de Moisés del Palacio Real de Amsterdam.

"Hoy dejo sitio a una nueva generación. Mi hijo asume la responsabilidad de esta nueva función", dijo Beatriz de Orange, quien ya es princesa de los Países Bajos con tratamiento de alteza real, en un breve discurso.

Guillermo Alejandro se convirtió así en el primer varón que se sienta en el trono holandés en los últimos 118 años y, con 46 años de edad, se transformó en el monarca más joven de Europa.

Al poner fin a su reinado de más de tres décadas, Beatriz, de 75 años, le dio la mano a su hijo después de que ambos firmaran el acta de abdicación, al igual que hizo Máxima como reina consorte. Los nuevos reyes de Holanda estuvieron acompañados de sus tres hijas, vestidas de amarillo y con flores del mismo color en el pelo, y de las que la mayor, Catalina Amalia, de nueve años se convirtió en la heredera del trono holandés.

Posteriormente, Guillermo, Máxima y la ahora princesa Beatriz salieron al balcón del Palacio Real a saludar a la multitud que se encontraba vivándolos en la céntrica Plaza Dam. "Les presento a su nuevo rey: mi querido hijo Guillermo Alejandro", dijo emocionada Beatriz antes de darle un beso al nuevo monarca de los Países Bajos. Abajo, la multitud no paraba de vivarlos con canciones emotivas de agradecimiento a la reina. Varios centenares se quedaron toda la noche desafiando al frío, tirados en colchones o sentados en sillas llevadas para la ocasión.

"Querida madre, hoy he tomado el relevo del trono y te estoy agradecido, inmensamente agradecido por todos estos 33 conmovedores años", afirmó Guillermo, con una sonrisa plena que era compartida por su madre y por Máxima. "En nombre de la reina, de los Países Bajos y del Caribe, quiero agradecerles la confianza que nos han dado. Muchas gracias", finalizó Guillermo dirigiéndose a la multitud que los vivaba con un predominante color naranja en todas las vestimentas y banderas, en un clima de alegría popular.

Tras los saludos, salieron al balcón también las tres hijas de la pareja real -la mencionada Catalina Amalia, Alexia y Ariana- y la familia completa brindó la posibilidad de la foto más esperada por todos. La multitud transmitió una inocultable alegría popular que se reflejó también en los miles de disfraces que predominaban la céntrica plaza de Amsterdam: gorros al estilo de los bufones, banderas, camisetas y todo lo que pudiera identificarlos con los colores de la bandera holandesa y, sobre todo, con el naranja de la Casa Real.

Máxima lució un vestido en tonos claros con cuerpo de escote drapeado, falda plateada y llevaba el pelo recogido en un moño bajo, mientras que las tres niñas iban con idénticos trajes de color amarillo sin mangas y el pelo adornado con una diadema de flores en el mismo tono.