Compositor, director, orquestador y arreglador musical, fue una de las 4 personas que recibió como legado uno de los bandoneones de Aníbal Troilo. El instrumento permaneció en sus manos los últimos 30 años y luego fue cedido a la Academia Nacional de Tango. “Fueron suficientes (años); es mucho bandoneón para uno sólo”, remarcó el maestro Raúl Garello.

El bandoneón de ‘Pichuco’. “El que lo toca se transporta…es tal la veneración que hay hacia él…”, enfatizó el músico.

“El bandoneón fue elegido por el que te dije…por Troilo. Eso tiene”, dijo en el piso de La Vuelta.

“Desde antes de la Segunda Guerra Mundial no se hacen más bandoneones”, remarcó Garello, tras recordar el impulso de una ley que busca ‘patentar’ los gloriosos instrumentos, característicos del 2 por 4.

“Me gustan todas sus obras, pero Sur es uno de los mejores tangos que se hicieron”, subrayó el bandoneonistas.