Es que, en lo que será un nuevo foco de contienda judicial, la madre y los tres hijos del músico argumentan que la compañía es responsable del fallecimiento de Jackson, que perdió la vida por una sobredosis accidental con el analgésico propofol.

Según la agencia DPA, alegan que fue la empresa promotora la que contrató y controlaba al médico que le administró la dosis letal y, entonces, obró de forma negligente.

Aunque no se divulgó oficialmente la cifra que los Jackson esperan obtener como indemnización, la web TMZ.com remarca que Katherine y sus tres nietos quieren más de 40.000 millones de dólares.

Esa, dicen, sería la cifra que Jackson podría haber logrado con las ventas de un potencial disco, los conciertos y el resto de ingresos generados por su regreso a los escenarios.

Independientemente de la suma en cuestión, esta nueva arremetida legal se suma a las causas preexistentes que tuvieron como eje al cantante, ya sea por las acusaciones de pederastía en 1993 y 2005, y con el juicio de 2011 contra su médico, Conrad Murray.

Actualmente, Murray cumple una condena de cuatro años por homicidio imprudente, tras ser hallado culpable de administrar a su paciente una dosis fatal de propofol, incumpliendo los procedimientos médicos.