"Voy a pelear con uñas y dientes sino seré una homeless". Con esa oración, Karina Jelinek se retiró del Juzgado Civil N° 88 de Familia, donde se dirime su juicio de divorcio con Leonardo Fariña. La separación se produce en medio del escándalo por la ruta dinero K, en la que está involucrado el polémico empresario, oriundo de La Plata.

Pasadas las diez y media de la mañana, Jelinek fue la primera en salir y la que anunció que la expareja no alcanzó un acuerdo. "No trajo la documentación que tenía que presentar", describió y reiteró que luchará hasta última instancia por sus bienes. Quince minutos más tarde, apareció Fariña. "¿Cómo se llama a una persona que habita un lugar que no le corresponde? -preguntó- ¿Homeless?", dijo y planteó una ironía al usar la misma palabra que su exmujer.

La llegada de la expareja a los Tribunales de la calle Lavalle fue más tranquila, en comparación al primer encuentro, en el que el guardaespaldas de la modelo se cruzó con la prensa, que se agolpó para tomarle declaraciones.

Con un blazer gris y un pañuelo violeta, Karina saludó a los medios e ingresó al Juzgado Civil N° 88 de Familia, minutos antes de las diez de la mañana. Su expareja Leonardo Fariña, con su look canchero habitual (campera de cuero, lentes y el pelo atado) compartió la misma calma que su expareja: saludó a algunos curiosos y entró a la dependencia judicial.

Es la segunda vez que Karina y Leonardo se ven las caras tras la separación y luego de una larga etapa de crisis por la entrevista emitida en el programa de Jorge Lanata en la que Fariña admitió su participación en negociados con Lázaro Báez.