Guillermina Valdés tiene 36 años y tres hijos de lo que fue su relación con Sebastián Ortega. Pero ahora, en pareja con Marcelo Tinelli espera un bebé que, según contó en una entrevista con Gente, "fue concebido en un momento de mucha unión".

Sin embargo, la modelo, actriz y empresaria aseguró que no es de las que creen que en las relaciones hace falta tener hijos para confirmar el amor, "pero en nuestro caso se dio así y ¡bienvenido sea! Yo creo que este bebito no estaba en el plan desde lo mental, pero sí desde lo Universal. Que lo fuerte y lindo que es lo nuestro se tenía que expresar y se expresó".

"Es muy loca la vida. Voy a ser madre otra vez: cuando mi cuarto hijo arranque con el jardín, los tres más grandes ya van a estar en la secundaria. En todo sentido el embarazo me hace sentir más pasional todavía. Me siento muy mujer. Es el estado más lindo", comentó Guillermina, quien rápidamente se dio cuenta que estaba embarazada al volver de un viaje a Italia con Tinelli porque ella es muy regular y se venía sintiendo rara.

Sobre su relación con su ex, destacó que siguen sin hablarse: "Es una elección suya y para un vínculo se necesitan dos personas: aunque me gustaría que tuviéramos una relación distinta, no puedo seguir forzando las cosas. Hacen falta dos para bailar el tango. Lamentablemente, hace más de un año que nos comunicamos por medio de su secretaria, algo insostenible, porque hay cuestiones que se tienen que arreglar y decidir entre los padres".

"Cuando pensás que tenés todo ordenado, la vida te tira un piano de cola por la cabeza. Se te cae el sistema y tenés que resetear. Y es positivo: está bueno no quedarse siempre en el mismo lugar", agregó la modelo, quien tiene tatuados en la panza los nombres de sus tres hijos (Dante, Paloma y Helena) y ahora deberá buscarle un espacio al bebé porque "había cerrado la fábrica en serio".

La llegada de su bebé también vendrá con una nueva mudanza. Guillermina y sus hijos vivirán en un departamento del edificio Le Parc, donde reside Tinelli con sus hijos, para que estén todos cerca, pero a su vez tengan sus espacios con sus chicos.