Con algunos detalles de gran nivel, y la presencia de no pocas estrellas en el mundo de los intérpretes de música de tradición académica, el Teatro Colón presentó la temporada 2016. Este año hay un mayor equilibrio entre los clásicos y un repertorio más osado, incluyendo algunos estrenos de piezas fundamentales del último medio siglo, destacó por Continental su director, Darío Lopérfido.

Destaca, en ese sentido, el enfoque de la programación del Ballet Estable, que había sido descuidada a lo largo de los últimos años y que con la dirección de Maximiliano Guerra ofrece algunos puntos sumamente atractivos. Volverán Barenboim y Argerich, y estará, junto a la West-Eastern Divan Orchestra, uno de los grandes cantantes del momento, el tenor Jonas Kaufmann.

En el que seguramente será uno de los hechos teatrales del año próximo, se verá la deslumbrante (y osada) puesta de la ópera Dido y Eneas, de Henry Purcell, realizada por la coreógrafa Sasha Waltz. Las actividades comenzarán ya en febrero, con una Temporada de Verano que tendrá como una de sus protagonistas a la refundada Ópera de Cámara, concebida sobre todo como grupo itinerante y dirigida por Marcelo Lombardero.