Comienza la segunda temporada de "Lynch, la salvación no es gratis", por Movie City. Incorpora mucha más acción que en la anterior; además del elenco internacional de la primera temporada, encabezado por Natalia Oreiro, Jorge Perugorría y Alejandro Calva, hace su aparición Raúl Taibo, en un personaje que es clave en la historia de Isabel y de su marido Jerónimo Lynch, destacó por Continental la diva montevideana.

Sobre una idea original y con guión de la colombiana Juliana Barrera, “Lynch, la salvación no es gratis” encuentra a los miembros de esta familia asociados con el bien y trabajando para el mal. Además, para salir bien de todo eso, tendrán que organizarse al máximo, sofisticando sus técnicas para no dejarse atrapar ni por la policía que los persigue, ni mucho menos por los villanos a los que ahora engañan.

Con fino humor negro, situaciones muy bizarras y la muerte mirada con irreverencia la primera temporada de “Lynch” nos contó la historia particular de esta familia disfuncional y la de muchos con el sueño de empezar una nueva vida y estar presente en sus propios entierros. Porque hay gente que necesita dinero; gente que necesita amor; gente que necesita reconocimiento… y hay gente que necesita morirse.

Por eso en “Lynch”, la funeraria “El Descanso Eterno” ofrecía un servicio completo de resurrección y una nueva identidad para que sus clientes pudieran disfrutar de la vida como un verdadero muerto.

La primera temporada comenzaba con el regreso de Mariana / Isabel (Natalia Oreiro), quien después de 14 años de ausencia, volvía con mucho dinero y la necesidad de engañar a sus perseguidores fingiendo su propia muerte. Mariana había abandonado a Lynch (Jorge Perugorría), dueño de la funeraria, cuando Leo (Tatán Rodriguez), el hijo de los dos, era un bebe de brazos. Se fue sin dejar rastro, cambiando para siempre la vida de esos dos hombres.

Mariana/Isabel reaparecía en la funeraria, herida y asustada, pidiéndole a Lynch que la salve. No podía explicarle nada, ni contarle dónde estuvo, simplemente necesitaba ayuda. No fue una decisión fácil para un hombre recto, pero el amor pudo más que la razón. Es así como la “muerte” y “resurrección” de Mariana/Isabel, resultaron tan bien, que ella misma se encargó de convencer al staff de la funeraria para abrir un negocio paralelo.

En medio de la reticencia de Lynch, los conflictos con Leo, que no sabía que Mariana era su mamá Isabel, y el peligro latente de que los vivos se murieran, o que los deudos de estos descubrieran el engaño, la funeraria Lynch se conviertió en un hilarante y macabro negocio de muertes falsas, que durante 13 capítulos, exploró las diferentes circunstancias por las que un vivo quiere darse por muerto y volver a empezar.