Tucumán le ganó con autoridad a Rosario por 33 a 20 en las cuatro hectáreas del Jockey Club de esta ciudad, y se quedó con la versión número 69 del Campeonato Argentino de Uniones; es la décima corona nacional que obtiene el seleccionado del Norte. La última conquista fue en 2010, ante el mismo rival y en el mismo escenario.

Durante los ochenta minutos, Tucumán fue superior a Rosario, desde el poderío del scrum, formación que el seleccionado naranja domina a la perfección. Y aprovechando los errores del Ñandú, el equipo dirigido por Alejandro Molinuevo, Diego Ternavasio y José Macome fue sumando puntos que cuando el rival fue a la carga le sirvieron para jugar con la serenidad y la tranquilidad de sentirse superior.

El joven equipo rosarino -pese a ir en desventaja- dio pelea hasta el final, y cuando parecía que reaccionaba más por amor propio que por lucidez rugbística (además tenía un jugador más por la amarilla de Lucas Noguera Paz), el Puma Javier Rojas acertó un penal, que derribó las esperanzas rosarinas.

"Desde el primer minuto buscamos ser protagonistas, pero Rosario es un gran rival y al principio contrarrestó nuestras formaciones. Con el transcurrir de los minutos fuimos siendo los protagonistas del partido. Hicimos una tarea de desgaste muy importante, pero valió la pena y lo pudimos aprovechar", fue la sentencia de Molinuevo, el entrenador del flamante campeón. "Es un privilegio formar parte de esto y poner mi grano de arena para el bien de Tucumán. Estoy muy feliz, luché mucho para esto y hoy (por ayer) siento que se me dio algo muy importante", agregó.

El Naranja se consagró de manera invicta luego de consagrarse ganador en todos los encuentros de la Zona 1, venciendo a Córdoba, Salta y Alto Valle, logrando acceder a la final.
Por el otro lado, se desarrolló uno los partidos de ascenso entre los últmos de las Zonas 1 y 2 (Alto Valle y Cuyo) y los punteros de las 3 y 4 (Santa Fe y Norodeste), en donde Alto Valle venció por la mínima (19 a 18) a su par del Nordeste.