La estadounidense Serena Williams arrasó hoy 6-1 y 6-3 a la rusa Ekaterina Makarova para avanzar a la final del Abierto de tenis de Estados Unidos y quedar a un paso de un décimo octavo título de Grand Slam.
 
Número uno del mundo, Williams se medirá el domingo a la danesa Caroline Wozniacki, vencedora hoy por 7-6 (7-1), 4-3 y abandono de la china Shuai Peng, que se fue del estadio central en silla de ruedas.
 
"Oh mi dios, se siente tan bien... Estoy tan feliz, no tienes ni idea. No sé qué decir", dijo emocionada Williams, que este año había
tenido malas actuaciones en los tres Grand Slam previos. 
 
Ganadora de los torneos de Stanford y Cincinnati en las últimas semanas, Williams aseguró que la suma de victorias la ayudó a hacer un buen US Open. 
 
"Sin dudas me está dando un montón de confianza en este verano (boreal). Estoy tan feliz de estar nuevamente en una final en Nueva York, no saben lo que esto significa para mí", insistió la estadounidense, que no perdió un set en lo que va del certamen y
apenas cedió 26 juegos en seis partidos.
 
Williams, que cumplirá 33 años el 26 de septiembre, ganó ya cinco veces el US Open y busca su título número 18 de Grand Slam en individuales, lo que le permitiría igualar a las estadounidenses Chris Evert y Martina Navratilova y quedar a sólo cuatro de los 22 de Steffi Graf.
 
Un rato antes de que Williams inundara de alegría y sonrisas el estadio Arthur Ashe, los espectadores habían asistido a una semifinal de tintes dramáticos por parte de la china Peng.
 
"La trataron por un golpe de calor, dijo que volvía a jugar y luego no pudo seguir", explicó el director del torneo, David Brewer.
 
"La jugadora ya está bien, ya regresó al vestuario y se está dando una ducha", añadió.
 
"Lo siento mucho por Peng, estaba jugando muy bien", se lamentó Wozniacki, que cruzó al otro lado de la cancha para interesarse por el estado de su rival, vencida sobre el piso de cemento del estadio Arthur Ashe y con lágrimas y visibles gestos de dolor.
 
El calor y la humedad de hoy en Flushing Meadows pasaron factura a la china de 28 años, 39 del ranking mundial y en su primera semifinal de Grand Slam.
 
"La jugadora no estaba en condiciones de comunicarse claramente con la jueza de silla", detalló Brewer. 
 
Wozniacki, undécima del ranking mundial y finalista del US Open en 2009, tampoco sorteó con facilidad el intenso calor en el final del verano estadounidense.
 
"Estuve en cama los últimos días, básicamente. Fue muy duro hoy aquí", dijo la danesa, ex número uno del mundo, que calificó de
"increíble" su pase a la final.
 
"Pasaron cinco años desde que estuve en la final aquí", añadió Wozniacki, que nunca ganó un Grand Slam.