Luego del polémico arbitraje de Howard Webb en la final del mundo, el presidente de la FIFA, Josep Blatter, respaldó al árbitro ingles “por que no tuvo una tarea fácil y los jugadores no lo ayudaron”.

Además, reconoció que “los errores arbitrales juegan parte del fútbol y que es el aspecto humano del juego. Si se pudiera controlar de una manera científica se acabaría el debate”.

“Hay que aceptar los errores, tanto del árbitro como de cualquier persona que interviene en el juego” opinó el mandatario del fútbol mundial.

El arbitro ingles obvió dos tarjetas rojas a jugadores holandeses, estuvo impreciso en sus decisiones y no dio un corner claro para la “naranja mecánica” en la previa del gol de Iniesta.