Construir en base pura y exclusivamente a resultados es peligroso. Jugar bien no es un capricho ajeno a la victoria, sino el método más directo hacia el triunfo. Independiente sigue por el camino ganador, pero una vez más terminó el encuentro implorando el final. El Rojo jugó un buen primer tiempo, en el que sacó ventaja, y una flojísima segunda mitad, muy retrasado y al borde de dejar escapar los tres puntos. Sebastián Palacios y Fabricio Bustos convirtieron para el visitante y Maximiliano Rodríguez descontó para los locales.

El Rojo arrancó bien, con mayor protagonismo que otros partidos y con una búsqueda distinta de juego, a partir de lo que construía Lucas “Saltita” González, quien demostró que está para ser titular. Y rápidamente, a los 9 minutos, pudo plasmar su superioridad en el resultado. El propio González ubicó con un gran pase a Silvio Romero, quien aguantó y espero que Palacios le pasara por la derecha. El ex Newell´s definió cruzado entre las piernas de Alan Aguerre y puso el primer gol.

En los minutos posteriores el conjunto de Avellaneda empezó a anticipar lo que haría en el segundo tiempo. Se retrasó mucho y empezó a cederle la iniciativa al rival, que con muy poco lo arrinconó pero no le llevaba gran peligro. El equipo de Julio Cesar Falcioni acumuló tant gente en defensa que casi los ataque del conjunto rosarino siempre encontraban una pierna salvadora.

A los 31, volvió a golpear de contraataque. Fabricio Bustos le robó la pelota a Matías Orihuela cerca de la mitad de la cancha, tocó para Jonathan Menéndez y pasó al ataque. El ex Talleres maniobró de derecha a izquierda y creó el espacio para volver a cedérsela al marcado de punta que definió con sutileza ante la salida del arquero.

Cinco minutos después, el árbitro Pablo Echavarría no vio una mano de Domingo Blanco en el área que pudo complicar el trámite para el visitante. El Rojo, certero, se fue al descanso con dos goles de ventaja.

En la segunda parte, el trámite fue distinto. Independiente cedió totalmente el terreno y la iniciativa. La Lepra, aun con serias dificultades creativas y con una carencia notable a la hora del cambió de ritmo, empezó a merodear el arco de Sebastián Sosa. A los 30 del complemento llegó el descuento, luego de un buen centro de Manuel Llano, que complicó muchísimo a Gastón Togni toda la noche, y un cabezazo de Maxi Rodríguez en el área chica.

Más allá de que la acción pareció propicia para que el uruguayo Sosa saliera a cortar, al equipo de Falcioni le cabeceó un jugador que lejos está de ser especialista, entre los tres centrales. La firmeza en las pelotas aéreas, premisa absoluta del entrenador ex Boca y Banfield, es mayor a la de campeonatos anteriores. Sin embargo, los dos goles que le convirtieron a su equipo en lo que va del torneo fueron por esa vía.

En los pocos contraataques que los de Avellaneda tuvieron en la segunda mitad, Palacios y Menéndez tomaron decisiones equivocadas. Además, el equipo tomó la decisión de volcar su juego por la izquierda, donde no generó peligro, en vez de profundizar por la derecha con la subida de Bustos, como en la primera mitad.

Los embates de Newell’s no fueron claros y el empate nunca llegó. La derrota puso aún más en jaque el puesto de Frank Darío Kudelka, quien de todos modos afirmó en conferencia de prensa que no entrará “en la avidez de la desesperación”. El conjunto rosarino solo obtuvo un punto de los 12 que disputó hasta ahora y se encuentra anteúltimo en la Zona B.

El Rojo, en cambio, sumó su tercer triunfo consecutivo y en varios pasajes del primer tiempo mostró la mejor cara desde la asunción de Falcioni como técnico. Sin embargo, el retroceso en exceso y el modo de administrar la ventaja, al igual que en el partido con Gimnasia, dejaron muchas dudas.

                                                                                                                                                                           Juan Ignacio Minotti