La decisión de Daniel Hourcade de utilizar el Rugby Championship como banco de pruebas, reafirmada con la marginación de un grupo de referentes del equipo (Patricio Albacete, Marcos Ayerza, Eusebio Guiñazú y Santiago Fernández, entre otros), generó una polémica que se acentuó con los entredichos mediáticos que protagonizaron el entrenador y Albacete. A las múltiples derivaciones de estos hechos se corresponden opiniones igualmente diversas.

Con dos ejes en común: por un lado, en cada oportunidad que se pueda, los mejores tienen que salir a la cancha; por el otro, estas divisiones no hacen sino perjudicar a los Pumas y al rugby argentino en general.

"Para encarar el Rugby Championship y el Mundial 2015 es necesario jugar con los mejores jugadores disponibles", afirmó Marcelo Loffreda, ex jugador del SIC y referente de los Pumas, seleccionado al cual dirigió durante ocho años, para alcanzar la histórica medalla de bronce en Francia 2007. "Hacer pruebas con los Pumas es un despropósito. Para eso están los Pampas o los Pumitas. Costó mucho llegar a esta posición y no se está aprovechando si no ponemos a los mejores".

Juan Fernández Miranda, de pasado reciente en el seleccionado, abundó más en este concepto: "Albacete, Ayerza,Fernández... son jugadores con mucha experiencia que tienen que estar. Los jóvenes tienen que apoyarse en tipos de experiencia. Esa transmisión es parte de la esencia del rugby argentino, es lo que nos hizo diferentes a todos los equipos".

La cuestión adquiere mayor relevancia cuando se cae en la cuenta de que faltan 15 meses para Inglaterra 2015. "La competencia más importante que tienen los Pumas es el Mundial 2015, y éste es el momento para armar el equipo", dijo Fabián Turnes, asistente de Santiago Phelan durante los seis años de su ciclo.

Para otros, en cambio, estas exclusiones no responden a cuestiones meramente rugbísticas. "Me resulta muy extraño que jugadores que salen en defensa del plantel hayan sido limpiados. Me da la sensación de que hay algo más", opinó Rodrigo Crexell, medio-scrum de los Pumas en el Mundial de Sudáfrica 1995.

Federico Méndez fue más directo. "Desgraciadamente se intervino en los Pumas con cuestiones que no tienen que ver con el juego, algo que no pasaba desde que asumió Alex Willie [DT en 1999]. La diferencia es que antes era por cuestiones políticas, y ahora es por guita", acusó el hooker, que ostenta 73 presencias internacionales con los Pumas. "Me da vergüenza que Hourcade y Daniel Santamarina [manager del seleccionado] ensucien al equipo con cosas de afuera. Es una falta de respeto total a la historia de los Pumas. Ser Puma es ser consecuente con lo que uno piensa y lo hace a uno exponerse al máximo; es lo que nos enseñaron. Ahora están diciendo: No digas lo que pensás, no importa cómo sos como persona o lo que hacés dentro de la cancha. Si las tienen bien puestas, los más grandes tendrían que renunciar todos."

Ignacio Corleto, quien jugó tres mundiales, aportó su óptica vía Twitter: "Es muy grave lo que esta pasando en el rugby argentino y una lástima que los mejores jugadores no puedan jugar en los Pumas. Al igual que en el país, en el rugby se está de un lado o del otro. Para mí existe uno solo: el de la verdad, la sinceridad, los valores y los códigos".

Eliseo Branca, histórico segunda línea, también consideró la exclusión como una "medida disciplinaria", pero fue más conciliador: "Yo creo que se equivocaron las dos partes: no se puede salir a hablar en los medios. Me parece que esto se soluciona hablando.

Van a llegar al mismo punto de interés, que es que el seleccionado argentino juegue cada vez mejor". Por el mismo camino fue Daniel Baetti, asistente durante el ciclo de Loffreda: "Es lamentable que se muestren situaciones de división dentro del plantel.
Eso influye negativamente en el juego. Son cosas que hay que resolver dentro del equipo. Nosotros tuvimos muchos inconvenientes, pero siempre tratamos de dirimirlos cara a cara".
El rugby argentino y una polémica que continúa.