Las curiosidades y desprolijidades del fútbol argentino ya no sorprenden. En medio de una pretemporada, en la que en teoría debería consistir en la puesta a punto de los equipos, Estudiantes y Quilmes protagonizaron un partido oficial por los octavos de final de la Copa Argentina.

Resistencia fue el escenario de un encuentro que comenzó con un ritmo pausado y preocupante para Nelson Vivas, dado que a los cinco minutos del pitazo inicial, Sebastián “Chirola” Romero sintió una molestia muscular que lo condicionó para el resto del espectáculo.

Recién a los 20 minutos el partido se abrió gracias a una genialidad de Jorge Luna. El ex volante de San Martín de San Juan observó que la defensa “cervecera” no colocó a ningún hombre en el primer palo y ejecutó un córner venenoso que exigió a Sebastián Peratta. Al tomar el rebote, el flamante refuerzo apuntó al segundo poste y sorprendió al arquero indefenso. Así, sin que la jugada finalice, Carlos Auzqui volvió a enviar un centro para que por fin Duvan Zapata marque el 1 a 0. La diferencia era mínima, pero el dominio platense justificaba el score.

El ingreso de Emiliano Carrasco en lugar del lesionado Romero no modificó la esencia futbolística de Quilmes, dado que la falta de ideas para generar situaciones de peligro eran un problema muy difícil de resolver para el debutante Nelson Vivas.

Sin embargo, a los 17 del complemento el “Cervecero” llegó a la igualdad, gracias a un grosero error defensivo. Tras un pelotazo frontal de Sebastián Martínez, Fernando Telechea logró anticiparse al apresurado Gerónimo Rulli y al distraído Matías Presentado, y con un tímido cabezazo empardó un encuentro que parecía imposible para el elenco bonaerense.

La mayor intensidad del choque llegó en el cierre del encuentro, cuando a Pablo Díaz no le tembló el pulso para sancionar la pena máxima a sesenta segundos del final. Con mucha concentración, Duvan Zapata se hizo dueño de la pelota y desde los 12 pasos le dio la victoria a Estudiantes. Con una notoria diferencia entre ambos equipos, los de La Plata consiguieron el pasaje a los cuartos de final, donde los espera All Boy, un rival que es de respetar por dos razones: la primera es que viene de eliminar a Boca y la segunda es que en el banco estará sentado Julio César Falcioni, un estratega en el mano a mano.