"En el partido de Boca y San Lorenzo voy a tener que hacer de psicólogo por las realidades que atraviesan ambos, pero es un privilegio arbitrarlo, así que me prepararé bien y lo voy a disfrutar. No me olvido de que hace tres años estaba dirigiendo una final de Primera C", confió Delfino.


"El futbolista argentino es difícil y complicado; se excede en las protestas, juega fuerte y simula mucho. Las dos jugadas más difíciles para mi son las sujeciones en de las áreas y las manos, porque es complicado determinar la intencionalidad", argumentó.


Delfino, de 34 años, aseguró que prefiere "dejar jugar y dialogar con los futbolistas, pero eso no significa que sea partidario del `siga, siga` ni mucho menos. Eso no existe -dijo-, y Francisco Lamolina (vicepresidente del Colegio de Arbitros) nos instruye permanentemente para que no permitamos las conductas violentas".


"Para mi Héctor Baldassi fue uno de los mejores jueces de los últimos tiempos, pero también tomé como referencias a Horacio Elizondo y Angel Sánchez. De cualquier manera considero que no hay un Diego Maradona del arbitraje argentino", advirtió.


"Lo que pasa es que en primera división los partidos no terminan a los 90 minutos, sino que siguen jugándose mucho después. Hoy en día te equivocás en dar un saque lateral e inmediatamente te convertís en el peor de todos", ejemplificó.


Delfino también sugirió irónicamente que, además de los auriculares, "los árbitros deberían tener una cámara de televisión en la cabeza para detectar acciones muy puntuales".