En el primer tiempo fue todo de Barcelona hasta que a los 45 minutos Drogba abrió el marcador, tras sólo tres toques de Chelsea, que hasta ahí se había replegado, espiando desde el fondo cómo tocaba Barcelona (casi 70 de tenencia de pelota de los catalanes).

Chelsea, agazapado, sólo apostó a la contra y así pudo cerrar el primer tiempo con un gol de ventaja, gracias al olfato goleador de Drogba, quien conectó un centro que llegó desde la izquierda del ataque de Chelsea. Un gol que fue demasiado premio para los londinenses, que sólo se habían dedicado a ver como Cesc y Messi (buen cabezazo a los 27) manejaban los hilos del conjunto dirigido por Guardiola.

Y la segunda mitad fue más de lo mismo, casi a pedir de un Chelsea que mostró su lado más defensivo: Drogba de volante central (como el más adelantado del equipo), una línea de cuatro volantes por detrás de él y cinco defensores casi a la altura de Cech. Así, Barcelona no pudo quebrar el arco de Cech, pese a que volvió a contar con varias chances.