El Barça a cuartos de final. Lo hizo bien en su casa, ante sus hinchas. El 2-0 del Milan quedó en el olvido. Lionel Messi y compañía destrozaron ese partido de ida y construyeron un partido de vuelta perfecto. Un 4 a 0 incuestionable con varios puntos altos: la Pulga, con dos goles, David Villa y Jordi Alba fueron los intérpretes que metieron a su equipo en la próxima ronda de la Champions League.

20 minutos furiosos. Durante ese lapso de tiempo se vio al Barcelona de los viejos tiempos: dominando la pelota, el ritmo del partido y al rival. Apenas cinco minutos duró la oposición italiana: Messi, con un zurdazo magistral, le dio vida a la serie. Y el Camp Nou explotó. Xavi volvió a ser Xavi. Iniesta volvió a ser Iniesta. Busquets fue el mismo de siempre, ordenado y ordenando. Del otro lado, nada. Milan ni de contra incomodó.