Esta nueva inversión implica el inicio de la fase de desarrollo masivo del área, luego de la finalización del plan piloto de perforación, que concluyó en marzo pasado.

En julio de 2013, YPF y Chevron firmaron un acuerdo que preveía el desarrollo de un plan piloto en Loma Campana, que, una vez concluido, sería evaluado por la estadounidense para decidir si continuaba adelante su sociedad con la petrolera argentina con vistas al desarrollo masivo de esta área.

"Nos alegra que hayan elegido continuar esta sociedad; es una gran demostración de confianza en el trabajo de YPF y en el potencial de los hidrocarburos no convencionales de Argentina", dijo el presidente de YPF, Miguel Galuccio, en el comunicado.

La etapa piloto implicó una inversión de 1.240 millones de dólares que permitió el desarrollo de 20 kilómetros cuadrados y la perforación de 161 pozos.

A partir de esta nueva etapa, ambas compañías establecerán cada año una proyección presupuestaria para alcanzar el desarrollo total del área, que tiene una superficie de 395 kilómetros cuadrados y requerirá perforar unos 1.500 pozos en total, con desembolsos calculados en 15.000 millones de dólares.

El proyecto, una vez que alcance su plenitud, alcanzará una producción de unos 50.000 barriles de petróleo y 3 millones de metros cúbicos de gas natural asociado por día.

Actualmente la producción en Loma Campana es 20.000 barriles equivalentes de petróleo diarios.

La superficie total de Vaca Muerta es de unos 30.000 kilómetros cuadrados, de los cuales YPF tiene derechos de explotación sobre 12.000 kilómetros cuadrados.

YPF y Chevron anunciaron además un acuerdo para delinear un proyecto de desarrollo de petróleo no convencional en el área Narambuena, dentro de la concesión Chihuido de la Sierra Negra, en la provincia de Neuquén.

El proyecto, que demandará una inversión de 140 millones de dólares aportados íntegramente por Chevron, implicará en un período de cuatro años la perforación de nueve pozos de exploración, la aplicación de métodos de prospección geofísica y la elaboración de mapas de superficie y subsuelo.

YPF está bajo control del Estado argentino desde mayo de 2012, cuando el Parlamento aprobó la expropiación del 51 % de las acciones de la petrolera a la española Repsol, que mantiene una participación del 12 % en la mayor productora de hidrocarburos del país suramericano.

La petrolera argentina registró el año pasado un beneficio neto de 5.681 millones de pesos (710,1 millones de dólares), con un alza interanual 45,6 %.